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eL PADRE NEGUIB iniciará hoy la celebración de San Lázaro en su parroquia de Dolores, Carazo (LA PRENSA/ CORTESIA)

Día de San Lázaro en Parroquia de Dolores, Carazo

El autor es sacerdote y abogado canónico Tenemos una tradición muy hermosa, de celebrar, sobre todo en el departamento de Masaya, el día de San Lázaro. Nací en ese departamento en el municipio de La Concepción, y desde muy pequeño, el domingo anterior al domingo de Ramos, con alegría esperaba el día de San Lázaro […]

El autor es sacerdote y abogado canónico

Tenemos una tradición muy hermosa, de celebrar, sobre todo en el departamento de Masaya, el día de San Lázaro. Nací en ese departamento en el municipio de La Concepción, y desde muy pequeño, el domingo anterior al domingo de Ramos, con alegría esperaba el día de San Lázaro y de los perritos.

Ahora, siendo sacerdote católico he querido que esta tradición tan linda también se celebre en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, en Carazo, en donde soy párroco desde hace varios años.

Los perritos vienen ataviados de las formas más ingeniosas y vistosos colores, y se reparte en el atrio de la Iglesia chicha de jengibre y de maíz, rosquillas, mientras las candelas se van derritiendo frente a la imagen de San Lázaro que encierra realmente esta tradición un contenido maravilloso de una parábola de Jesús que está en el Evangelio de San Lucas 16, 19-31 “El hombre rico y el pobre Lázaro”.

Se desarrolla la parábola como en tres escenarios.

1. La vida temporal.

2. El momento de la muerte.

3. La vida eterna.

En la vida temporal, aquel hombre rico, pero egoísta, no se acuerda de su hermano pobre, ni siquiera para darle las migajas que caen de su mesa, y solamente los perros lamen las llagas del pobre.

Son más compasivos los perros que el codicioso.

Es importante hacer notar que Dios no condena que el hombre posea bienes materiales, cuando son honestamente adquiridos, sino que condena que los bienes materiales posean al hombre de tal forma que se olvide del prójimo.

Llega el momento de la muerte física, y el pobre, que por confiar en la providencia divina (y no por ser pobre material) se va al cielo, mientras que el rico va al lugar de los tormentos (no por ser rico, sino por ser codicioso y egoísta).

Ya en la eternidad, aquel hombre egoísta, que la tradición llama Epulón, le pide al Padre Abraham que Lázaro (al que ahora llama hermano) vaya a comunicarle a sus parientes del tormento que padece (pues toda su parentela también es avariciosa y no piensan en la eternidad). Pero hay una barrera inmensa.

El Padre Abraham le contesta que si no hacen caso de las Escrituras, en donde se dice que se debe de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo, no harán caso ni que se les aparezca un muerto.

La codicia es un pecado capital por excelencia, que nos hace pisotear al otro, humillarlo, empobrecerlo, matarlo de hambre y matar sus esperanzas.

Pidamos a Jesús que nos conceda a todos un corazón generoso, y que limpie de nuestra Patria y de nuestras vidas toda corrupción, robo, maldad, porque de nada vale ganar el mundo si se pierde el alma.

Religión y Fe

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