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La última toma de posesión de la presidencia fue el primero de mayo de 1951, la primera había sido el primero de enero de 1937, cuando ya había mandado a asesinar al general Sandino y derrocado al presidente Juan Bautista Sacasa. ()

Restos de Somoza entre basura y excremento

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Habían pasado 23 años del imponente funeral de Anastasio Somoza García, el martes 2 de octubre de 1956. Era el año 1979 con sus trascendentales hechos en la historia de Nicaragua. Había ya toda una leyenda sobre dictadores muertos y trasladados sus restos al extranjero con la caída del poder. Se recordaba el caso de Trujillo, en República Dominicana.

¿Dónde se originó la versión sobre los restos de Anastasio y Luis Somoza? Después del 19 de julio de 1979, se comentó que en su huida Anastasio Somoza Debayle se había llevado los ataúdes conteniendo los restos de su padre y de su hermano Luis Anastasio, fallecido el 13 de abril de 1967. Durante años hubo referencias literarias, periodísticas y hasta relatos detallados.

Aparecieron testigos presenciales de la apresurada exhumación de los restos y su llevada al aeropuerto para ser sacados de Nicaragua y evitar una posible profanación. Simplemente se creyó la versión y nadie, incluso a nivel de gobierno, se preocupó en establecer la verdad. Yo mismo, cuando hacía referencia a la antigua cripta de oficiales de lo que fue la Guardia Nacional, escribí varias veces: “donde estuvieron los restos de…”

EN MEDIO DE LA BASURA

El año 2002 inicié una serie de investigaciones, entre ellas una sobre los presidentes que están sepultados en el Cementerio Occidental. Establecí la ubicación de las tumbas de Adolfo Díaz Recinos, Juan José Estrada Morales, Adán Cárdenas del Castillo, Emiliano Chamorro Vargas, Carlos José Solórzano Gutiérrez, José María Moncada Tapia, René Schick Gutiérrez, Tomás Martínez Guerrero; Ulises Irías que fue interino y Roberto Martínez Lacayo, miembro de la Junta de Gobierno de 1972.

Respecto a los restos de Somoza García y Somoza Debayle me limité a señalar “donde estuvieron”, haciendo mención de la cripta ubicada en el grupo 62, lote del 1 al 10 de primera clase. Entonces surgió una pregunta muy simple: ¿Si no están en el Cementerio Occidental, a dónde los llevaron? Hice preguntas y hasta hubo una persona que me aseguró haber estado en Miami en un cementerio y que vio la cripta con todo y placas donde se conservaban los restos.

Después de varias visitas solicité bajar a la cripta, se me recomendó no hacerlo pues estaba muy sucia y era la letrina pública de los que ahí trabajaban cuidando tumbas. Bajé las primeras gradas y retrocedí ante el tremendo mal olor. La oscuridad no permitía ver nada. Decidí regresar con una buena lámpara de mano y me acompañaron varios trabajadores del cementerio.

IMPRESIONANTE ESCENA

Cuando bajamos la escalera tuvimos mucho cuidado de no llenarnos de excremento humano. Tal parece que casi al bajar, la gente se aferraba a la verja y se sentaba para hacer sus necesidades fisiológicas, pero además habían convertido la cripta en un basurero, lleno de restos de coronas. Vimos en medio de la basura y el excremento humano, un cráneo, varios huesos, costillas todas dispersas y pedazos de lo que fue un ataúd. La bóveda había sido abierta y pedazos de una placa de mármol estaban en el suelo.

Durante días, con la mayor discreción, continuamos el trabajo, se mandó a limpiar la cripta, los restos humanos se guardaron en la bóveda, ordenamos los restos de los pedazos de la placa y concluimos que se trataba del cráneo y huesos de Anastasio Somoza García. Es posible que se haya creído que el ataúd contenía objetos de valor y fue sacado, al ver que no había nada lo dejaron abandonado.

Se descarta que haya habido intencionalidad política, pues la bóveda que contiene los restos de Luis Anastasio está en perfecto estado, con su placa de mármol, se observa la huella como del golpe de un pico. Hubo contacto con Álvaro Somoza Urcuyo para confirmar la identidad de los restos humanos de su abuelo y del estado de la tumba de su padre, llegándose al acuerdo de que al no existir legalmente la Guardia Nacional, hiciera un acuerdo con la Alcaldía de Managua para que el terreno pasara a nombre de la familia Somoza-Urcuyo.

Los restos de Anastasio Somoza García fueron dejados dentro de la cripta y ésta fue sellada con un simple repello, sin ninguna placa que identifique el nombre del difunto. El nombre de quien detentó el mayor poder militar, político y económico en la historia de Nicaragua, nombre unido al robo, exilio, confinamiento, cárcel, tortura y crímenes.

Ahora que en los diarios nacionales aparecen esquelas que invitan a misas por Anastasio Somoza García “dormido en la paz del Señor”, es oportuno recordar el libro Estirpe Sangrienta, los Somoza, del doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal: “y uno se siente tentado a pensar… que quizás el hombre que ordenó la represión en la Mina La India, en que murieron cientos de campesinos, es bueno; que el que abrazó a Sandino antes de mandar a fusilarlo, es bueno; que el que había mandado a quemar los cadáveres de Adolfo Báez Bone, Pablo Leal, Agustín Alfaro y Chema Tercero, es bueno”.

Dice en el mismo libro el doctor Chamorro Cardenal: “a Somoza lo mataron porque él había matado. ¿No es lógico y suficiente? Alguien tenía que hacer eso, medirlo con la misma vara con que había medido a tantos”.

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