Cuando llegó a nuestro país en 1957, Managua era todavía una ciudad con calles polvorientas y la carretera a Masaya aún estaba en etapa de construcción. Y llegó en una “misión” encomendada por el ejército de Cuba.
Pero entró tan profundamente en el sentimiento popular, que se sintió acogido como uno de los nuestros. Y es que Argelio Córdoba es uno de los nuestros. Y por su aporte al beisbol nacional, como jugador, entrenador, mánager y comentarista, será homenajeado por la crónica deportiva nicaragüense.
La XVI ceremonia de premiación anual a los mejores del deporte nacional del 2006, organizada por la Asociación de Cronistas Deportivos de Nicaragua (ACDN) y que tendrá lugar el 27 de enero próximo en el Hotel Crowne Plaza, en Managua, es dedicada al “Brujo” Córdoba.
Argelio es ahora una persona mayor, distante del ruido mediático, pero cuando joven fue un destacado infielder que actuó en la época de oro del beisbol rentado pinolero.
Luego se convirtió en un exitoso timonel, tras el empuje de Wilfredo Calviño y las enseñanzas de Tony Castaño.
Su mayor éxito lo consiguió al frente de la Selección Nacional de 1972, formidable equipo que derrotó a Cuba en el Mundial realizado aquí.
Córdoba también se adjudicó los dos primeros cetros del beisbol de Primera División con el Chinandega, en cuyos equipos dejó también sus huellas como entrenador.
Su relación con la prensa ha sido formidable, mientras su picardía y conocimiento del juego lo volvían un entrevistado obligado antes y luego de los partidos de primer nivel.
Con este hombre tenemos una deuda. Su aporte hacia el beisbol nacional es tangible y ha batallado hasta sus últimos días por ganarse dignamente el pan de cada día.
A solventar ese compromiso apunta la decisión de la ACDN, que lo tendrá el 27 como su gran estrella, en una noche de muchas estrellas.