El presidente Moshé Katsav cedió temporalmente el jueves sus poderes, pero decenas de legisladores prometieron despedirlo para que enfrente acusaciones de violación y abuso del poder.
Katsav, de 61 años, que insiste en que es una víctima de una conspiración, se apartó de su cargo después que un comité parlamentario aprobó su pedido de licencia por 13 votos a favor y 11 en contra. El presidente, sin embargo, conservó su inmunidad al tomar licencia y no renunciar.
La separación del cargo puede ser de hasta seis meses. En Israel el puesto de presidente es simbólico. El presidente es el jefe de estado, pero el jefe del gobierno es el primer ministro.
La legisladora Zehava Galon, que lidera los esfuerzos parlamentarios para despedir al octavo presidente israelí, estaba indignado con la decisión del comité.
“La decisión que hoy se tomó es un premio para un hombre acusado de violación”, expresó Galon. “En lugar de encontrarse tras las rejas, este acusado de violación recibe un premio para que continúe desempeñándose como presidente”.
La presidenta del parlamento, Dalia Itzik, asumió como presidenta interina, la primera mujer en ese cargo.
Durante siete meses, Katsav ha sido acusado de acosar a mujeres que trabajaban para él, amenazándolas con despedirlas si no les concedían favores sexuales.
El martes, el procurador general Meni Mazuz notificó a Katsav que intentaba proseguir con las acusaciones de violación, acoso sexual y abuso del poder, pero indicó que primero dará al presidente la oportunidad de presentar sus alegatos.