- Las ventas en la región de la firma Roche, a cargo de Roberto Rosales, alcanza los 100 millones de dólares
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CORRESPONSAL / COSTA RICA
Para Roberto Rosales Sánchez bien vale la pena emanar una lágrima al momento de recordar su historia de vida, porque su testimonio es como la leyenda del ave Fénix que pudo levantarse de las cenizas.
Rosales Sánchez es un nicaragüense de 43 años, originario de Masatepe, que gracias a su talento y dedicación se ha convertido en el gerente de negocios para Centroamérica y el Caribe de la firma Roche, que en Suiza, donde se ubica la casa Matriz, la conocen como Hoffmann-La Roche, actualmente la cuarta compañía farmacéutica del mundo.
Para conocer su ascenso basta retroceder al año 2,000 cuando, ya siendo médico, decidió cursar una maestría en el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae), aunque para ello tuvo que completar el pago de los estudios con la hipoteca de la casa de su madre y de otro familiar.
A mediados del 2001 obtuvo el máster en administración de empresas y por medio del Incae, una mañana de noviembre de ese mismo año, viajó a Costa Rica a una entrevista con ejecutivos de la firma que hoy labora.
Recuerda que viajaba con deudas acumuladas, dos maletas y 200 dólares que reunió con ayuda de su abuelita.
La entrevista le gustó tanto a los superiores, que el 16 de noviembre fue contratado por Roche.
SU ASCENSO
Recuerda que inició como gerente de mercadeo. “Me dieron el área de trasplante para que yo lanzara productos para pacientes que son trasplantados y evitar que se les rechace el órgano. Mi primer objetivo era vender 2 millones de dólares durante el 2002 y al final de año vendí 7 millones de dólares”, relata.
Al año siguiente vendió 13 millones de dólares. “Ya en ese momento me traje a mi familia, mi esposa (Raquel Gaitán), quien se había quedado en Nicaragua para tratar de abonar y pagar deudas”, añade.
GERENTE PARA LA REGIÓN
En el 2004 fue nombrado gerente de negocios para la región. En ese momento entendió, según dice, que su padre Roberto Sánchez Mercado, quien murió de un infarto a inicios de la revolución, mientras veía cómo militantes sandinistas mataban en la plaza de Masatepe a sus familiares, estaba en el cielo para ayudarlo.
Cuando asumió como gerente regional, las ventas rondaban los 40 millones de dólares. Ahora alcanzan los 100 millones de dólares. “Es una compañía en crecimiento y tengo a mi cargo a 120 representantes en la región”, dice con orgullo.
Pero los éxitos de Rosales Sánchez en esta firma no paran, pues, también es líder negociador de toda América Latina entre su empresa y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para tratar el tema de la pandemia de la gripe aviar.
AYUDAR A SU PAÍS
“Mi visión está en esta empresa, pero mi corazón está en Nicaragua y si en determinado momento existiera la posibilidad de que con mi conocimiento, sacrificio y experiencia pudiera ayudar a los pobres de Nicaragua, pues, aceptaría el reto”, dice Rosales Sánchez, quien piensa que el Frente Sandinista ahora tiene el reto de demostrar que realmente está a favor de los pobres.