- Cartas al Director
Historia
“La historia es el progreso de la conciencia de la libertad”.
Nicaragua en retroceso
Ya han pasado más de dos años desde que asumió el gobierno del presidente Ortega y desde ese tiempo hasta nuestros días con toda seguridad la mayoría de los nicaragüenses podemos claramente ver hacia dónde nos lleva. Obviamente él podrá afirmar que vamos hacia el país de las grandes maravillas, pero la gran realidad para el ciudadano común es que vamos hacia la ruina y miseria total.
Hoy da pesar cuanta ayuda se ha ido y cuantas más se irán dentro de poco tiempo, producto del largo rosario de hechos graves para el país cometidos por nuestro Presidente. Los últimos sucesos acaecidos días atrás contra un grupo de ciudadanos que su único pecado ha sido defender y reclamar los derechos de miles de nicaragüenses que no pueden decirlo por el temor a ser golpeados por grupos paramilitares o corridos de sus puestos de trabajo.
Si el actual Gobierno no reconoce y rectifica sus graves equivocaciones con su actuar político, que no es asunto que el problema de la recesión de los Estados Unidos y la comunidad internacional son los culpables de la situación económica nuestra como lo afirman de manera cínica y mentirosa. Aunque para muchos ciudadanos la verdadera crisis se debe a la actitud cerrada y dictatorial del presidente Ortega, en negarse a reconocer el problema del fraude del año pasado originado por él mismo, que además es el resultado de una estrategia bien montada por él y sus cómplices de la mal llamada oposición que por defender sus intereses personales o por timidez se han hecho los de la vista gorda, de remate hasta los funcionarios supuestamente de la oposición como los que forman los diferentes Poderes del Estado, tal es el caso de la Contraloría la cual se ha vuelto sorda, muda y ciega, cooperando de esta forma a consolidar el proyecto totalitario dirigido desde Cuba y Venezuela.
Ante esta situación me pregunto, ¿qué pasa con los nicaragüenses? Quienes hemos sido testigos de los ejemplos patrióticos y heroicos de la mayoría del pueblo hondureño enfrentado a toda una conjura internacional patrocinada por el grupo del Alba y cínicamente por al representante de la OEA, también tenemos el caso del pueblo opositor venezolano que desafía y resiste los ataques brutales del gobierno de Chávez. Será que ya perdimos todo sentido de dignidad y respeto a nosotros mismos, en nuestra propia cara se nos humilla, se nos intimida, se violan los más elementales principios del ser humano.
Un país cuyo gobernante pisotea y destruye la poca institucionalidad, manipula nuestros símbolos patrios, manosea el dinero del INSS solamente para fines e intereses de la militancia partidaria, juega con el presupuesto de los miles de asalariados y ante eso nadie dice nada ¿por qué? Un país donde su sociedad civil está desarticulada, muda, presa del pánico, es una nación en retroceso totalmente sin ningún futuro donde todo sueño será una pesadilla y toda ilusión una gran frustración y sobre todo, donde el tirano de turno hará lo que se le antoje, si no cambiamos de actitud.
José Benito Quezada B.
“Recompensas” por agredir
El ascenso en jerarquía administrativa y salario mensual de Gilberto Páez, actual secretario general del Marena, confirma que agredió a los miembros de la Coordinadora Civil en los predios de la Catedral de Managua, cumpliendo órdenes superiores, “desde arriba”. Este ascenso representa un mensaje para todos los empleados públicos. Siempre que agredan a los que participan en marchas de protesta contra el régimen de Daniel Ortega Saavedra, serán debidamente recompensados.
Cualquier día, alguien puede animarse a disparar contra los opositores al FSLN y al régimen orteguista creyendo que con esa acción no sólo disfrutará de impunidad ante la ley, sino de ascensos en el trabajo y hasta de condecoraciones. Acciones de este tipo se convertirán en el detonante de acciones de masas que pondrán a temblar a Ortega Saavedra.
Mientras tanto, la Policía sigue fiel a sus orígenes “sandinistas y revolucionarios”, disfrazando esa obediencia al secretario general del FSLN como “institucionalidad”.
Ricardo Zamora Valencia
Gato por liebre
El Diccionario Wikipedia debiera incorporar la definición de solidaridad brindada por el Ministro de Energía y Minas (MEM), Emilio Rappaccioli: “Solidaridad es haber dado gato por liebre cuando más lo necesitábamos”. Las plantas eléctricas Hugo Chávez y Ché Guevara son una verdadera estafa. De segunda mano, pagando un cargo de potencia fija instalada superior al del mercado internacional, lo que únicamente beneficia los negocios particulares de la familia Ortega Murillo y a los “pobres” que forman parte de su círculo de privilegiados.
David Castillo Sánchez, presidente del INE y Rappaccioli, titular del MEM, no están en sus cargos para velar por los intereses de los nicaragüenses, sino por mejorar los niveles de rentabilidad de los negocios energéticos del binomio gobernante Ortega-Murillo, importándoles muy poco la suerte que corran los que utilizan la irrigación y los productos de exportación de las industrias maquiladoras, elevándoles los costos por KWH consumido.
Felipe Blandón Lorío
La triste realidad
Por la verdad histórica, las declaraciones del General en retiro del EPS, Humberto Ortega, no son completamente verdaderas.
Si el Presidente estadounidense Ronald Reagan hubiera querido acabar con la revolución, al igual que el presidente Jimmy Carter presionó al Gobierno del general Somoza para que abandonara el poder, lo hubiera hecho ya sea por la fuerza, por la diplomacia o por combinación de ambas.
Creo que el presidente Reagan sólo ayudó a los nicaragüenses que decidimos quitar el yugo oprobioso que el gobierno sandinista encabezado por su hermano Daniel y Humberto Ortega acompañados por el resto de sus comandantes estaban imponiendo a los que un día llenaron esa plaza de la República apoyando esa revolución, es de todos conocida la historia, cárcel, confiscaciones, muertes, abusos, exilio, etc.
En declaraciones recientes del ex Ministro del Interior, embajador Tomás Borge M., y quien dirigía el “ MINT”, —que era a la vez otro Ejército paralelo al suyo con más de 20 mil combatientes— dijo que llegaron a sentirse dioses en el poder. Eso muestra la soberbia con que miraban al pueblo, y no sólo eso, decidieron al igual que el ex golpista Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, con su nueva careta de revolución del siglo XXI, expandir la de ellos por la vía armada opuesta a la de Chávez que usa los votos hasta ahora.
También ayudaron al FMLN con armas y combatientes para derrocar al Gobierno legítimamente electo de El Salvador. ¿O es que no lo recuerda, y fue por eso que un luchador anticomunista como lo fue el presidente Reagan hizo lo que tuvo que hacer para evitar el avance armado por Centroamérica y México, y según sus sueños más grandes llegar a la frontera de EE.UU. el general Humberto Ortega lo sabe perfectamente, así que no trate de cambiar la historia.
Roberto Amador N.
30 años del Ejército
Un año más el Ejercito Nacional de Nicaragua celebra su creación, su revolución como le dicen en estos momentos los allegados de Daniel Ortega, que sin temor y a todo pulmón se sienten orgullosos de pertenecer a las filas no del Ejército Nacional sino del Ejército Popular Sandinista. Y es que es lamentable el giro que el Gobierno actual le quiere dar a este aparato soberano, pues siendo Ortega el jefe supremo, ya se siente el dueño, amo y señor del Ejército para sus propósitos reeleccionistas.
Pero qué celebra actualmente el Ejército, esperemos que no sea la formación del Servicio Militar Patriótico conocido como SMP, llamados cachorros de Sandino, quienes cometieron violaciones y asesinatos crueles de lesa humanidad, llevando a miles de jóvenes a las montañas y selvas de nuestra querida y sufrida Nicaragua, exterminando a ciudadanos miskitos de la Costa Caribe como parte de las celebraciones y regalo del gobierno sandinista sólo por estar protestando por sus derechos, conociéndose más adelante como la Navidad Roja.
Ahora, 30 años después y desde 1990 hasta el 2006, esta institución castrense se había profesionalizado, mejorando y definiendo su rol como portadores y defensores de la Patria y la soberanía, pero luego de ese período, parece que la historia regresa a los años ochenta, con Ortega al frente queriendo retomar nuevamente las riendas de esta institución castrense. Solamente nos queda decir Dios salve a Nicaragua si esto llegara a pasar.
Ezequiel Pérez