Se me fue mi amigo Nicho Marenco. Nos conocimos hace 62 años ya que fuimos compañeros de secundaria en el Colegio Centro América en Granada donde cariñosamente le decíamos “Tribilin” aunque a él no le gustara. Desde entonces desarrollamos una amistad que ha perdurado y sobrevirá su muerte.
Después de la secundaria nos separamos por los avatares de la vida y los acontecimientos políticos que nos situaron en lados distintos. Pero siempre seguimos siendo amigos. Él fue la primera persona a la que llamÉ en Nicaragua luego de salir en exilio forzado en Julio de 1979.
Nos reencontramos y consolidamos nuestra amistad cuando regresé, y luego viví, por un tiempo en Nicaragua hace unos años. También mi esposa y yo tuvimos el agrado de conocer a su esposa María Mercedes que complementaba muy bien y calmaba la personalidad de Nicho.
No estuve de acuerdo con varias de sus ideas, acciones, y compañías del pasado, y, supongo, Él tampoco con varias de las mías, pero siempre nos respetamos y no dejamos que interfirieran en la amistad y el cariño. Teníamos en común no solo la amistad, sino la ilusión de toda mi promoción del Centro América de 1963 de trabajar para crear un país justo, democrático, y próspero. Ilusión que se nos ha venido alargando, pero que nunca abandonaremos. Nicho, desde arriba, la verá pronto hecha realidad.
Su partida, además del dolor para su familia y amigos es una pérdida para el país. Tenía toda la madera y experiencia para contribuir y jugar un papel importante en la transición política que se nos viene, ojalá más temprano que tarde. Era no sólo inteligente sino también vivo, cualidades que pocas veces coexisten. Tenía un gran carisma y liderazgo. Era vivaracho, bromista, y popular. Buen amigo, con buen sentido político, buen negociador, y además buen administrador.
Pero el Señor tuvo sus razones para llevárselo.
Mi querido amigo Tribilin: ahora que estas al lado del Señor no te olvides de tu Nicaragua, ni de tus compañeros del Centro América que todavía estamos acá, y dale un abrazo de nuestra parte a los hermanos que te precedieron: Carita, Pernambuco, Mateo, El Ciego, Orlando, Juan Ernesto, Raúl, Adrián, y José Tomas.
Nicaragüense