14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Zona de Strikes: Sergio Lacayo alcanzó la excelencia pese al dolor

Sergio Lacayo asomó en el beisbol nacional como un lanzador de estimable velocidad, pero una lesión temprano en su carrera, lo hizo mejor lanzador

Se asegura que el dolor es el guardián de la vida, el centinela que da la voz de alarma cuando el peligro acecha. Sergio Lacayo debe estar de acuerdo. El dolor, aunque resulte paradójico, fue decisivo en su evolución como lanzador.

Aunque en sus inicios desde el montículo, sus disparos se movían a una considerable velocidad, una lesión sufrida a sus 22 años, le hizo explorar otras opciones y se volvió un lanzador de repertorio amplio y sabiduría enorme.

“De joven tiraba duro y me gustaba el exhibicionismo, pero al lastimarme, tuve que apoyarme en el control y así aprendí a tirar cambio, slider, sinker y curva, aunque lancé con sufrimiento”, aseguró meses atrás Lacayo, en una entrevista a Gerald Hernández .

Pero sus resultados no son los de alguien lesionado, sino los de un lanzador fantástico que impactó a pesar de las adversidades. Quizá su caso fue como el de Sandy Koufax y su artritis, aunque dada la impresión que el dolor no estaba presente en los partidos que lanzaba.

Desde su inicio en 1969, Sergio fue dominante y con los años alcanzaría niveles estelares. Ese año, durante una liga interdepartamental, su récord fue de 7-1 y 0.14 en 63 innings, con cinco lechadas y un juego sin hit ni carrera.

Mientras que en 1970, ya con el Flor de Caña en Primera División, saltó a 15-5 y 0.96, 142 ponches en 158.2 innings y siete blanqueadas y 18 juegos completos, en una actuación fantástico que fue solo el despegue de una gran carrera.

Lacayo no paró de brillar. En 1971 acumuló 14-6 y 1.53. En 1972 se elevó más: 15-3 y 0.85 en 169.2 entradas. Y así continuó hasta alcanzar su pico más alto en 1977 con un récord de 22-6 y 1.91 en 244.2 entradas con 176 “fusilados” con Granada.

Y aunque al siguiente año tuvo 18-6 y 4.37 en 129 innings y con solo 34 años, su brazo ya no daba para más. Intentó seguir en 1979, pero después de dos salidas y 7.1 episodios, decidió retirarse con el Chinandega y lo hizo con marca de 120-40 y 1.77 en 1.242 episodios.

Tiene la mejor efectividad (1.77) entre los nicas con más de mil innings lanzados. Su porcentaje de ganados y perdidos (.750) es el mejor de la historia. Además logró 79 juegos completos y bordó 32 lechadas. En una Final (cuadrangular a 12 partidos), ganó cinco juegos en 1971.

Y con la Selección no fue distinto. Tuvo 2-1 con una tropa que cerró con 4-7 en el Mundial de 1970 en Colombia. Logró 3-0 y 0.98 en el Mundial de 1972 aquí. Le lanzó un no hit no run a Colombia en 1971 y se mantuvo como “as” hasta 1978, cuando su brazo se agotó y no dio más.

No sabemos hasta donde pudo haber llegado Lacayo de mantenerse saludable. A los 34 años hay muchos lanzadores en nuestro país en etapa estelar. Sin embargo, tampoco sabemos que si no ha sido por el dolor, Lacayo quizá no habría sido tan cerebral.

Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí