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Zona de Strikes: Aníbal Vega jugaba con gran electricidad

Con su bate muy violento, una técnica defensiva muy precisa y una toalla agitada por sus brazos, Aníbal Vega entró hondo en el sentimiento de los fanáticos

Su pasión, su entusiasmo y sus resultados lo convirtieron en un jugador estelar ante el cual nadie era indiferente. Aníbal Vega te ganaba la batalla y se aseguraba que supieras que era divertido. Y eso molestaba a muchos.

Formado como pelotero en colegios de San Francisco, California, Vega adquirió su madurez en el beisbol de Nicaragua y generó siempre una emoción singular por su técnica al fildear, su poder al bate y la conexión que logró con los fanáticos.

Durante su carrera de 16 temporadas acumuló .340 de promedio, con 1,181 hits, de los cuales 122 fueron jonrones, con 623 anotadas y 669 impulsadas. Y aunque usted no lo crea, dos veces fue líder en bases robadas, ya al final de su trayectoria.

Luego de un breve debut con el Bóer en 1991 (en tres juegos, bateó de 10-3, .300), Aníbal regresó a la acción en 1992 con los Búfalos y tronó con .354, ocho jonrones y 51 remolques. Esa fue la primera de ocho temporadas seguidas sobre .300.

Su mejor época la vivió en Granada, donde en 1993 cerró con .337, 19 jonrones y 62 remolques. También bateó .388 en 1996 y en 1998, aunque su mejor promedio fue .392, con 15 bombazos y 55 impulsadas en 1997, siempre con los Tiburones.

En el 2000 se unió al San Fernando, al que había llegado como refuerzo antes en 1992. Luego regresó a Granada. Se movió a Chinandega, Estelí, Matagalpa y el Bóer, donde le puso fin a su carrera en el 2008, pese a haber bateado para .337.

Tanto en Masaya como en Granada, Vega fue una pieza clave en Series Finales. Con su violento bate y una toalla agitada por sus brazos, electrizaba a los fanáticos. Logró títulos nacionales con el San Fernando, Granada y Matagalpa.

Hizo la Selección muchas veces, comenzado en 1991 en la Copa Intercontinental de Barcelona, donde bateó .303; Mundial de Nicaragua en 1994 (.286), las olimpiadas de Atlanta en 1996 (.240) y otros eventos más, pero rugió en los Panamericanos de Dominicana en el 2003.

En esos Juegos, Aníbal tronó para .421 (19-8) y fue del equipo Todos Estrellas, pero su gran evento fue el Mundial de Holanda en el 2005, al resumir .370 y disparó jonrón ante frente a los checos para ganarles 1-0 en duelo cerrado, con Julio Raudez en la loma.

Una gran carrera, jugada con gran entusiasmo por un jugador ante el cual nadie era indiferente, pero sus cifras lo sitúan entre los mejores zurdos que ha desfilado por el beisbol nacional en los últimos años.

Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR

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