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Zona de Strikes: Freddy García hacía de todo y lo hacía bien

Freddy García era un jugador muy completo, con un físico estupendo, pero su actitud más de una vez le jugó una mala pasada, pero fue un pelotero notable

Freddy García podía hacer vibrar a las multitudes con un jonrón, una gran jugada en los jardines, un tirazo al homeplate o un corring electrizante. Y al mismo tiempo, podía incomodar con su falta de interés mientras jugaba.

Aun así, el “Sheriff” logró cifras consistentes que lo sitúan como uno de los jugadores más completos de los últimos tiempos en el beisbol nacional. Bateador de impacto, corredor de gran velocidad y defensor de gran solvencia en el outfield.

Y quizá lo más curioso, es que siendo de Managua, García debió moverse a Matagalpa por una oportunidad y logró establecer con la UNAG y de ahí pasó luego al Bóer, donde terminó de consolidarse como un notable jugador.

Al final, Freddy jugó en 18 temporadas y resumió .317 de promedio, con 1,386 hits, 129 jonrones, 121 robos y dos campeonatos de bateo. Es uno de los diez nicas con trayectorias así de 1000 hits, 100 jonrones y 100 robos en Primera División.

Después de brillar con el Hermanos Rivas en la Mayor A de Managua, debutó en 1986 con la UNAG y al batear .226, en Managua tuvieron la sensación de no haber perdido nada. Mejoró a .281 en el siguiente año, pero nadie logró sospechar lo que venía.

Freddy se elevó a .390 y se adueñó del título de bateo. Y para mayor dolor de los equipos de Managua, subió a .400 en 1989 (250-100) para otro título de bateo seguido, aunque esta vez lo compartió con el chinandegano Próspero González.

Eso se dice fácil, pero lo que hacía Freddy con su bate era espectacular. La gente de Matagalpa enloquecía con él y ese mismo año tuvo racha de 27 juegos conectando de hit. Diario estaba en los periódicos, las radios y la televisión.

En 1990 su bate continuó rugiendo pero su actitud le jugó una mala pasada y fue devuelto por indisciplina desde Chicago a Nicaragua, mientras la Selección viajaba a Edmonton, Canadá, al Mundial.

En 1991, su último año en el equipo de Matagalpa, logró una de sus mejores temporadas, al batear para .360, con 22 jonrones y 76 impulsadas, mientras se robaba 13 bases.

Su paso por el Bóer, al que llegó en 1992, fue de gran impacto. Junto a Sandy Moreno y Ramón Padilla formó una de las mejores tripletas de jardineros en la historia, que también viajó junta en la Selección.

No obstante, hubo una época entre 1993, 1994 y 1995, en las que sus promedios bajaron de los .300. Acumuló .287, .225 y 294 respectivamente, antes de eslabonar una cadena de cinco años seguidos sobre los .300 otra vez.

En 1987 con los Indios se elevó a .387 con 22 cuadrangulares y 74 remolques, lo que hizo recordar sus días con la UNAG, cuando era el bateador sensación del beisbol pinolero.

Su mejor actuación con la Selección fue en los Panamericanos de 1991 en La Habana cuando bateó .387 y también brilló en la Copa Intercontinental de 1995 ahí en Cuba con 310 y ocho carreras empujadas en nueve juegos, en una trayectoria de la cual puede estar muy orgulloso.

Su hijo, Freddy Zamora (que es como se llama el “Sheriff” también) es prospecto de la Universidad de Miami y podría ser seleccionado en el próximo draft del 10 de junio. Es infielder y bateador de mucha agresividad.

Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR 

Deportes Freddy García Ramón Padilla Sandy Moreno archivo

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