Los nicaragüenses estamos viendo morir a nicaragüenses, independientemente de posiciones políticas o ideológicas, ciertamente en un contexto de alta polarización política, de crisis socioeconómica y ahora de salud… nicaragüenses al fin.
Hemos visto fallecer amigos, familiares, desconocidos y funcionarios del gobierno. Resulta inexplicable por qué razón los sobrevivientes no exigen a sus autoridades que apliquen las recomendaciones y las medidas sanitarias de la OMS y la OPS.
¿A qué está apostando este gobierno? A que mueran o muramos la mayor cantidad de nicaragüenses para usar la tragedia y sacudirse “a esos viejos necios de la tercera edad” que son una carga para las finanzas mal manejadas del INSS, y como excusa para evadir las presiones internacionales, las sanciones y las demandas políticas por libertad, democracia y paz verdadera, junto con todas las que nacieron desde abril del 2018.
¿Es una estrategia de genocidio viral como algunos sugieren? ¿Un enorme acto de irresponsabilidad bajo el principio de que ellos ya no tienen “nada que perder”?
Desde que nos anunciaron la imposición del “modelo sueco” —de la inmunidad de rebaño— el destino de las víctimas estaba preestablecido por quienes detentan el poder y se encuentran muy bien resguardados, evitando el mínimo riesgo de contagio… ¿o alguien ha visto a alguno en las actividades masivas que promueven usando a empleados públicos y fanáticos?
Esta estrategia, si se le puede llamar así al crimen masivo, ha sido criticada por diversos sectores dentro de Nicaragua, y por organismos internacionales, incluyendo la Organización de los Estados Americanos (OEA), y la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh), funcionarios de alto nivel del departamento de Estado de los Estados Unidos, congresistas demócratas y republicanos, etc.
¿Será que somos retrasados mentales que no vemos la perversidad de esa “maniobra a la sueca” en el segundo país más pobre del continente? Sin lugar a dudas que esta infamia muy al estilo hitleriano la debe haber parido alguien que desprecia al pueblo nicaragüense.
Lo más sensato que se ha presentado es la propuesta de las 34 Asociaciones Médicas ya respaldada por la OPS llamando a una autocuarentena.
¿Por qué el gobierno no busca un entendimiento con la empresa privada, la Iglesia católica, las denominaciones evangélicas, gremios, partidos políticos y enfrentamos juntos el desastre, preparándonos desde ya para encarar y enfrentar, los sobrevivientes, el terrible futuro que nos espera a todos los nicaragüenses?
Este gobierno tiene aún la posibilidad de apostar por lo más valioso de un Estado como es la vida de sus ciudadanos, no su muerte. ¿O ya escogió el camino del genocidio, disfrazado de pandemia?
El autor es miembro del CEN del Partido Ciudadanos por la Libertad.