La vida te pone a prueba tarde o temprano. Un día, sin avisar, llega el momento de tomar decisiones que puede cambiar tu destinado para siempre. Existen dos caminos: dejar que el miedo te paralice y quedarte en tu zona de confort o arriesgarte por perseguir tus sueños como hizo Juan Carlos Rosales, un muchacho humilde pero con muchos deseos de superación que le permitió alcanzar todas sus metas personales y profesionales.
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Era el año 2012. Juan Carlos, actual delantero del CD Junior, tenía 21 años y tres de trabajar como empacador en la Zona Franca de Tipitapa. Ahí llegó por el futbol y necesidad. Un día después de cumplir la mayoría de edad, un tío político lo metió a la fábrica para que jugara con su equipo en la Liga interna de la empresa y ganar dinero para ayudar a su mamá, Blanca Moreno, quien era la única responsable de él y sus dos hermanos Bayardo y Karen.
“Teníamos necesidades”, confiesa Rosales, de 28 años. “A los 13 años mi papá falleció y ella fue desde ese momento papá y mamá para nosotros”, detalla el delantero nueve años después de la decisión más determinar de su vida: renunciar al trabajo de empacador en la Zona Franca con el que ayudaba en su casa para tomar una oportunidad de jugar futbol, una apuesta arriesgada que al final resultó la mejor elección de su vida porque alcanzó su sueño de convertirse en futbolista profesional y con su trabajo ha mantenido su familia.
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Campeón y seleccionado
Tititapa, como es más conocido en el futbol nacional, aseguró que en la Zona Franca ganaba 2500 córdobas a la quincena. Su primer salario como jugador fue de seis mil y lo más que ganado son 700 dólares. “En la Zona jamás hubiera logrado un salario del futbol”, señala Rosales. “Son ocho años viviendo del futbol mi familia: mis hijos (Thiago y Joan), mi esposa (Teresa Rojas) y le ayudo a mi madre siempre”, cuenta el goleador, quien además ha mejorado su casa y se ha comprado una moto de lo que ha ganado como jugador.
Rosales debutó en la Liga Primera con el Ferretti en 2012. Ahí logró un título de torneo corto (2014) y un campeonato absoluto en la temporada 2014-15. En la siguiente campaña fichó por la UNAN y volvió a ganar un título. Por su buen desempeño en ese torneo, Henry Duarte lo convocó a la Selección de Futbol jugando ante El Salvador y Panamá en 2016. Esas fueron sus únicas apariciones en la Azul y Blanco, pero son muy pocos jugadores han logrado ser campeones y ser seleccionados. “Es algo increíble, jamás me imaginé lograr tanto en el futbol. La verdad nunca se me pasó por la mente que iba jugar en un equipo de Primera”.
De regreso a la élite
El delantero capitalino volverá a jugar en Liga Primera después de dos años de ausencia. Los últimos seis meses de 2018 salió del país por motivos personales y regresó en 2019 para unirse a un proyecto deportivo joven y ambicioso: el CD Junior. Desde que llegó aportó su experiencia y goles —colíder goleador con 15 de Segunda en 2019— que fueron determinantes para lograr el ascenso a la máxima categoría la temporada 2020-21.
Juan Carlos tiene 28 años y los deseos intactos de volver a resugir. El profesionalismo que siempre lo ha caracterizado le pueden permitir alcanzar su mejor nivel y porque no, ser tomado encuenta para la Azul y Blanco. “Mi objetivo es hacer un buen torneo en Primera para mi equipo. Lo demás viene conforme a tu trabajo”.