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“Sin ir más lejos”… vida y libertad

Conozco a Carlos Alberto Montaner desde el año 1987 en Guatemala, cuando fue invitado por la Cámara de Comercio de ese país a dar una conferencia. Dio la grata coincidencia que en ese entonces yo vendía libros de la editorial “Libro Libre” que, desde Costa Rica, impulsaban un grupo de intelectuales y escritores nicaragüenses con el apoyo de Estados Unidos y cuya representante en ese país centroamericano era mi amiga Violeta Granera Padilla, también exiliada en esa nación a causa de la primera época del sandinismo. Uno de los libros que vendía en librerías y amigos de la Universidad Francisco Marroquín, era Para un Continente Imaginario, el cual tímidamente dí a Montaner para que me lo autobiografiara.

Desde entonces hemos mantenido una amistad entre correos electrónicos, presentaciones de libros y encuentros en diversos países en pro del periodismo libre y la búsqueda de la libertad para Cuba y el resto del continente.

Recientemente, entre mi nuevo exilio en Miami y el coronavirus, he terminado de leer sus memorias en mi viejo kindle, las cuales han vuelto a remover, recapitular —como él dice en su biografía—, sobre lo acontecido en estas últimas décadas sobre esta feroz batalla entre el aberrante comunismo y la democracia y sus constantes amenazas, entre la estupidez y el raciocinio.

El matiz narrativo de una prosa sencilla, párrafos nada densos y bien hilvanados en los que discurren la infancia y la adolescencia, la descendencia familiar, los devaneos morales, educativos y sociales, testimoniada sin tapujos ni remilgos emocionales, vividos en la convulsa Cuba siempre amordazada por regímenes políticos dictatoriales de la era batistiana y castrista, hacen de estas memorias un excelente compendio literario e histórico que induce al lector a la recia aventura de una vida de más de 70 años en la que la sociología, la política y la historia van de la mano junto a las correrías y travesuras del niño habanero; así como del adolescente que conoció el amor por vez primera y única al lado de su mujer, Linda, y de paso mordiendo la pesadilla totalitaria de los inicios de la dictadura de Fidel Castro que, a sus escasos 18 años, lo hizo vivir en carne propia las turbulencias de la cárcel y morder el polvo del exilio, hasta hoy.

Sobrino de la artista Rita Montaner (supe de ella por el investigador Francisco Pancho “Mambo”), acribillado por la izquierda carnívora iberoamericana con todo tipo de descalificativos, pero admirado por millones de lectores, premiado y admirado por grandes personalidades del mundo libre, la travesía de la vida de este también notable novelista evidencia la prodigiosa existencia de un hombre que, aún en medio de considerar que es hora de preparar maletas para el viaje final, espera cerrar sus ojos por última vez, sabedor de que ya Cuba sea por fin una nación libre.

Sus ojos lo verán.

El autor es escritor y periodista nicaragüense exiliado en Estados Unidos.

Opinión Carlos Alberto Montaner Cuba periodismo archivo
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