Tras 20 días desde que 34 asociaciones médicas convocaron a una cuarentena nacional voluntaria, en vista del aumento de casos de Covid-19 y ante la ausencia de medidas concretas por parte del Ejecutivo para ralentizar la curva de contagios del nuevo coronavirus, la población ha fortalecido el uso de mascarillas, caretas y se ha percibido menos tráfico en algunos lugares en Managua, sin embargo, en otras zonas sigue sin calar el mensaje, coinciden médicos consultados.
La cuarentena que recomendaban los médicos consistía en permanecer en casa de tres a cuatro semanas, realizar las compras de alimentos al menos una vez a la semana, garantizando siempre el distanciamiento de al menos 1.5 metros, el uso de mascarillas y caretas, además de mantener el lavado de manos.
El doctor Róger Pasquier, presidente de la Asociación Nicaragüense de Anestesiología y Reanimación (ANARE), explicó que el impacto que ha tenido el llamado a la cuarentena no se puede medir; no obstante, desde su perspectiva si ha motivado un cambio en algunos sectores de la población.
Considera que en Managua es evidente el cierre de bares, restaurantes, y en general ese sector parece haber reducido su actividad notablemente, pero también hay otras zonas, sobre todo en los barrios, donde las comiderías siguen igual, muy concurridas, expresó.
Explica que ellos, como médicos, cumplieron su misión de alertar a la población sobre la necesidad de una cuarentena, la cual sigue siendo clave para que el contagio no se prolongue en el tiempo. “Seguiremos enfermos del Covid, y el tratamiento que necesitamos es cuarentena voluntaria, ya que se no se cumple. ¿Qué vamos a hacer?”, expresó.
Hay una mayor responsabilidad de la población en quedarse en casa, ya que no se está viendo muchos adultos mayores en las calles y en cuanto a los lugares como el supermercado, los bancos, farmacias, que son centros importantes donde acude la ciudadanía, han implementado medidas de prevención y protección, destacó el médico Pasquier.
A inicios de mayo, en concordancia con las estimaciones que habían realizado epidemiólogos independientes, los casos de Covid-19 se empezaron a multiplicar. Las filas de familiares de posibles casos de Covid-19 y confirmados empezaron a ser parte de lo que se podía observar a diario a las afueras del hospital Alemán Nicaragüense. El país iniciaba la curva exponencial de la pandemia, minimizada por el orteguismo.
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“Nicaragua se encuentra actualmente en la fase de expansión acelerada y transmisión comunitaria, la cual continuará agravándose con mayor pérdida de vidas si de parte de las autoridades correspondientes se continúa negando la situación y no se toman con urgencia medidas de lucha anti epidémicas y a gran escala para intentar contener el avance de la pandemia”, se lee en el comunicado publicado el 1 de junio por las asociaciones médicas.
Hasta este martes el Ministerio de Salud (Minsa) ha confirmado 1,823 casos y 64 muertes por Covid-19, datos que se quedan muy por debajo de la realidad, aun no cuantificada con certeza, han explicado médicos.
Al igual que el médico Pasquier, el salubrista José Antonio Delgado, explica que no se puede medir el efecto de la cuarentena voluntaria, pero si hay hechos demostrables del cambio de comportamiento por parte de las personas, como lo ha sido una mayor protección, no solo de ellos, sino en sus pequeños negocios. Han implementado medidas como las barreras de plásticos en las pulperías, en las ventas de fritangas también han dispuesto del servicio delivery para evitar la aglomeración, entre otras.
Considera que a raíz del llamado de las asociaciones, la población ha visto esa necesidad de resguardarse lo más que pueda en sus casas y ha incrementado las acciones de prevención si deben salir de ella; no obstante, desde que se detectó el primer caso de Covid-19 en el país, la población empezó a tomar sus propias medidas.
El médico explica que la cuarentena podría ser similar a un día feriado, en el que varios de los rubros, esenciales, deben seguir trabajando, pero bajo normas de cuido. Asimismo es un hecho que el sector informal es el que menos tiene las condiciones de quedarse en casa, por eso debe salir con más protección.
Es palpable lo que sucede en las calles, no medible, insiste. Hay menos gente circulando, menos negocios están abiertos, o bien, han fortalecido sus niveles de protección, y eso es algo muy bueno. “El llamado de estas asociaciones ha calado en todos los espacios sociales de nuestos país”, expresa el médico.
Menores casos en los hospitales
La doctora Anely Pérez Molina, de la Unidad Médica Nicaragüense (UMN), explica que han visto un disminución de casos con respecto a la saturación del sistema de salud, pero no tienen cifras, estadísticas para medir dicha situación, pero es lo que percibe la red de médicos, explica.
La doctora además sostiene que la parte que se tiene que analizar es si estos pacientes, que no están llegando a las unidades de salud, es porque se están quedando en casa. También considera que los pacientes están más informados sobre la enfermedad y hay más médicos que le están dando acompañamiento, por ende, si son casos leves, se quedan en el hogar.
También ha visto un incremento de automedicación y por ende, el llamado es que si pueden quedarse en el hogar, pero siempre bajo la atención de un especialista, y no automedicarse.