El cementerio general de Managua es blanco de profanaciones en serie de sus tumbas desde hace más de dos semanas, siendo la motivación de este aberrante hecho la obtención de objetos de valor, sin importarle a los responsables que ultrajan la memoria de los fallecidos y afectan emocionalmente a los familiares vivos por el irrespeto que representa.
Aunque la administración del camposanto maneja la situación con sigilo, esta es evidente y difícil de esconder con una visita, al ver en diferentes partes tumbas con su tapa removida y bóvedas abiertas, además de jarrones quebrados y placas de mármol robadas.
LA PRENSA entrevistó a varios sepultureros y cuidadores de tumbas del sitio y todos reconocieron bajo anonimato las profanaciones registradas en las últimas semanas y que a raíz de esto, es que la comandancia decidió cambiar a todo el personal de vigilancia, el cual corresponde a una empresa privada allegada al régimen orteguista.
Asimismo, explicaron que hace unos días, se capturó a uno de los responsables de las profanaciones pero que lo dejaron ir al comprobarse que era menor de edad. “Eso nos dijeron a nosotros y ahora nos están exigiendo traer el record de policía para seguir trabajando, dudan de nosotros cuando no tenemos nada que ver, cuando todos saben que esos ladrones entraron cuando empezaron los entierros exprés”, sostuvo un cuidador de tumbas.
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¿Y la seguridad interna?
Aldo Rappaccioli es una de las personas afectadas con la profanación. Los cinco familiares que tiene en una cripta fueron profanados. “No es que se estén robando el lugar para enterrar a otro, porque no han enterrado a ningún extraño en los lugares, sino para extraer alguna prenda u objeto de valor”.
“Cómo es posible que alguien vaya a violar una tumba, profanarla, para buscar un pedazo de oro. Es mucho el daño y es increíble que a estas alturas estas personas responsables no estén capturadas y presentadas públicamente”, se quejó Rappaccioli.
Otro dueño de un lote y que también fue víctima de la profanación, cuestionó la ineficiente seguridad en el sitio. “No entiendo como pueden pasar estas cosas, si el cementerio tiene muro perimetral y hay suficientes vigilantes”, lamentó el ciudadano, quien prefirió no revelar su identidad.
El cementerio general de Managua fue abierto al público en 1920, su extensión es de 39 manzanas y se calcula que están enterradas unas 500,000 personas. Actualmente no hay lotes disponibles.