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Ajustar cuentas con la historia

A nuestro juicio, lo importante en la conmemoración del 41 aniversario de la revolución sandinista no fue el discurso de Daniel Ortega. Ni el escenario ocultista del mitin con un gran símbolo esotérico que para muchos es satánico.

Lo digno de destacar en esta conmemoración fueron las declaraciones de prominentes disidentes sandinistas que tomaron parte en la revolución desde posiciones dirigentes, pero ahora son adversarias de Daniel Ortega.

Ya el año pasado, al conmemorarse el cuarenta aniversario de la revolución hubo análisis críticos y autocríticos de algunos antiguos dirigentes sandinistas que se convirtieron en disidentes y opositores.

Sergio Ramírez, Jaime Wheelock, Luis Carrión, Lea Guido, Alejandro Bendaña y Carlos Fernando Chamorro expusieron cuarenta años después sus juicios críticos sobre la revolución sandinista. Lo hicieron fuera de Nicaragua, en un sereno ambiente académico facilitado por el Instituto Watson de la Brown University de los Estados Unidos.

También participaron en el foro dirigentes de la antigua Contra y jóvenes líderes de la insurrección popular democrática de abril de 2018.

El periodista, escritor y profesor estadounidense Stephen Kinzer, autor de un libro en inglés cuyo título traducido al español significa Sangre de hermanos. Vida y guerra en Nicaragua, expresó en esa ocasión que los antiguos sandinistas y contras que intervinieron en aquel evento, “jamás habían aparecido reunidos en público para valorar la responsabilidad compartida por aquella tragedia. Ahora — agregó Kinzer—, canosos y envejecidos, parecían buscar un ajuste de cuentas tanto con la historia como con sus propias almas”.

Esta vez, en ocasión del 41 aniversario de la revolución, dos antiguas comandantes guerrilleras sandinistas devenidas en adversarias de la dictadura de Daniel Ortega y el FSLN, Dora María Téllez y Mónica Baltodano, así como la expresidenta del partido Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Ana Margarita Vijil, de la siguiente generación, se adentraron más hondo en la autocrítica personal y pública a la revolución. Téllez incluso dijo a LA PRENSA que ahora la palabra sandinista le da “repelo” y mencionó que la próxima convención del MRS le podría quitar el nombre sandinista a este partido.

Con respecto a la acusación que desde algunos sectores de la oposición se hace a los disidentes del Frente Sandinista, de que ellos también son culpables de las atrocidades y latrocinios que se cometieron durante la revolución, las dos excomandantes guerrilleras coincidieron en alegar que no se les puede acusar de crímenes que no cometieron.

Lo cual es cierto. Algún día se podrá formar una genuina comisión de la verdad que aclare los crímenes cometidos por somocistas y por sandinistas, señalar culpables y reconocer inocentes. Entre tanto, por el bien de Nicaragua y de ellos mismos, los antiguos sandinistas totalitarios que ahora son demócratas, no solo debe parecer que buscan ajustar cuentas con la historia y sus almas, como dijo Stephen Kinzer, sino que realmente tienen que ajustarlas.

Editorial ajuste de cuentas archivo
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