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Así es cómo los drones evitarían una crisis alimentaria en Nicaragua por la plaga de langosta, pero su uso está prohibido

Agustín Moreira, agrometeorólogo de Centro Humboldt, asegura que este tipo de tecnología es la más efectiva para tratar esta plaga. México, Sudamérica, El Salvador y África están combatiendo la plaga con tecnología de punta, pero en Nicaragua los productores no tienen esa opción.

Si bien hoy el centro de atención está puesto en la pandemia del coronavirus, la plaga de langostas voladoras que se ha activado en África, Sudamérica y Centroamérica ha generado incertidumbre, sobre todo porque se ha puesto en jaque la seguridad alimentaria, siendo Nicaragua, el país con mayor desventaja debido a que el principal instrumento que se está usando para combatir la plaga bíblica son los drones, una tecnología que está prohibida en el país desde el 2014.

La Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) dijo recientemente que están utilizando drones para facilitar las tareas de localización, delimitación y extinción de esta plaga que podría afectar el 20 por ciento de los recursos de la superficie terrestre. La iniciativa a largo plazo que se está impulsando en África se conoce “Drones contra el Hambre”.

“Estamos analizando cómo podríamos dotarlos (a los drones) de micropulverizadores y enviarlos a misiones muy específicas con el fin de tratar infestaciones pequeñas que serían difíciles de fumigar de otro modo”, dijo a finales de julio Keith Cressman, oficial superior de pronóstico de langostas de la FAO.

Y mientras los países tienen esa tecnología para hacer frente a esta amenaza, en Nicaragua los productores están en posición de desventaja. Desde noviembre del 2014, el Instituto Nicaragüense de Aeronáutica Civil (INAC) prohibió el uso de equipos no tripulados o dron en el territorio nacional, que operen a una elevación mayor de los 100 pies de altura con 30 metros horizontales de desplazamiento. En la práctica su uso está prohibido y los sectores empresariales en años pasados habían reclamado que se quitara esa prohibición para aprovechar las bondades de esta tecnología, que hoy puede ser muy útil en el campo.

De hecho  Agustín Moreira, agrometeorólogo del Centro Humboldt, asegura que este tipo de tecnología es la más efectiva para tratar esta plaga.

“Lo que sucede es que aunque se quisiera usar esta tecnología no se puede porque existe una prohibición, entonces ante esta situación no queda más que recurrir a la forma tradicional de monitoreo que se tiene que hacer por muestreo de campo, lamentablemente usar este método es más costoso porque se requiere más mano de obra y  tiempo, mientras que si tuviéramos drones, en la mañana lo enviamos y en la tarde tendríamos los resultados”, dijo Moreira.

Explicó que si entra una manga o manada de langostas no tendríamos la capacidad de tratar el foco a tiempo, porque no se cuenta con los drones como los otros países. De hecho en El Salvador, el presidente Nayib Bukele recientemente informó que para contrarrestar la plaga bíblica se usarían drones y avionetas.

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Pero también México hace uso de esta tecnología. Según el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa), para contar con la información en tiempo real de los resultados de la prospección, exploración-muestreo de los drones en México, se usan aplicaciones. Es decir información inmediata.

“Se debe utilizar una aplicación móvil para el ingreso de la información. Esto para posteriormente ser visualizado en un portal de información geográfico. Actualmente, existe la aplicación SIMLAN, utilizada en monitoreo de langosta en México, que puede replicar en el resto de los países de Centroamérica”, señala.

La exclusividad del uso de drones

Pero ¿la restricción de los drones es pareja en el país? ¿aplica para todos los sectores? Aunque la ley no tiene excepciones, en la práctica sucede todos lo contrario, porque sí hay empresarios que lo usan en Nicaragua.

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“La tecnología nos podría ayudar mucho, pero lamentablemente hay restricciones por parte de las autoridades, lo que es contradictorio porque pese a que existe la prohibición vemos que usan drones para publicidades y propaganda afines al gobierno, pero en la agricultura que se necesita no se puede usar”, dijo Moreira.

El especialista se refiere a la exclusividad que tiene la empresa Difuso, de Juan Carlos Ortega, hijo de dictador, que siempre en los eventos oficiales usan drones para hacer grabaciones y tomar fotos aéreas, mientras los productores tienen que aumentar sus gastos para combatir plagas como estas, porque no cuentan con la autorización.

Julio Munguía, gerente técnico de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic) manifestó que antes que se diera la crisis sociopolítica, desde el sector privado se estaba analizando la posibilidad de gestionar con el Gobierno la autorización para  usar drones, pero la propuesta no prosperó.

“Hubo una propuesta que se elaboró antes de la crisis del 2018, para ello se retomó las leyes y reglamentaciones que regulen el uso de los drones en los países de Centroamérica, Sudamérica y Estados Unidos y en base a eso se hizo, pero al final no tuvo eco”, dijo Munguía.

José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), quien en su momento presentó la propuesta, sostiene que el uso de los drones son efectivos cuando se usan como aliado en la agricultura.

“Efectivamente un uso comprobado que tienen los drones en la agricultura está vinculado al tema de la productividad, porque te permiten obtener información oportuna sobre los cultivos, pero al mismo tiempo sirven para detectar tempranamente enfermedades o amenazas como la aparición de las langostas evitando que destruyan las siembras”, estimó Aguerri.

Asimismo expresó que estos también tienen un impacto en el tema de costos, “porque evita pérdidas considerables, más aún en el caso nuestro en donde la reforma tributaria a hecho daño en el tema de la productividad”

¿Qué opciones tienen los productores?

Munguía asegura que este tipo de tecnología es necesaria no solo para el control de la langosta sino para otras plagas, pero además para la aplicación de fertilizantes.

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“El dron está capacitado para hacerte toda una lectura y a través del programa que se use, te puede identificar dónde tenés problemas de nutrición, con plagas o cualquier otro tipo de situación, eso le da al productor un tipo de ventaja para ejecutar acciones directas, pero además se puede usar para la fumigación”, sostuvo Munguía.

Expresó que el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (Ipsa) para fumigar pone una bomba de cañón en una camioneta, cuando con un dron la fumigación sería mejor y menos costosa. “Esta bomba no llega a todo el cultivo, entonces se tiene recurrir a helicópteros o avionetas, te hablo de áreas de 100 o 300 manzanas o más”, especificó el técnico de Upanic.

El dron puede recoge información detallada para determinar la salud de los cultivos, captura múltiples datos en un solo vuelo y reduce costos obteniendo datos en tiempo real, de forma que detecta lo que la finca necesita.

Con ello se puede detectar el vigor de plantas, las carencias de nutrientes, el estrés hídrico, conteo de plantas, en lo que se refiere al ganado y las especies cinegéticas, permite gestionar el número y distribución de la cabaña ganadera, y evaluar la calidad de pastos y forrajes.

Pero mientras el régimen de Ortega mantiene está restricción en el uso de esta tecnología, el sector va estar en desventaja, más cuando se presentan este tipo de plaga.

Por otra parte cabe destacar que el régimen se ha mostrado indiferente con el tema, ya que hasta el momento no se ha pronunciado sobre la alerta que emitió el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa), en julio sobre el posible brote que se podría presentar en Nicaragua.

Únicamente el director ejecutivo del IPSA, Ricardo Somarriba dijo recientemente que  para combatir la plaga de langosta voladora se mantiene la vigilancia y control de la plaga y se está usando motoaspersoras, cañón jacto, ulvamast e insecticidas adherentes. Pero no  dio a conocer cuál es el canal que han habilitado para atender a los productores si se sospecha de un brote o se detecta un foco, como está ocurriendo en otros países de la región.

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