La justicia finalmente llegó para la joven Juana Petrona Ramírez Sánchez, de 19 años, quien fue asesinada de un disparo en la cabeza y otro en el pecho por su expareja, el jornalero José Ramón Martínez, de 21 años.
El femicidio ocurrió el 17 de noviembre de 2019, y este año Martínez fue sentenciado a 23 años de prisión, 22 por el femicidio de la joven y un año por el delito de portación ilegal de armas.
La joven era originaria de la comarca La Gloria, en Boaco. En septiembre de 2018, después de ser novios, Ramírez se mudó a vivir con Martínez en su casa, en una comarca en Matiguás, Matagalpa.
Fue ahí cuando el sujeto “no la dejaba salir de la casa, la mantenía encerrada en el cuarto, ya que no le gustaba que la víctima conversara con nadie, además la maltrataba físicamente, ya que le pegaba en el rostro y otras partes del cuerpo”, detalló la Fiscalía en su acusación.
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Debido al maltrato que sufría, Juana Petrona decidió separarse de Martínez en septiembre de 2019. La joven tuvo que llamar a su familia para que llegara a traerla, porque el sujeto la amenazaba con un revólver y le decía que la iba a matar si lo dejaba.
Dormía con el arma
El hombre no se separaba del arma, por el día la mantenía en su cintura, y por la noche debajo de la almohada.
Cuando Juana se separó del sujeto, este la llamaba diariamente para que regresara, pero la joven por temor se fue a Costa Rica, pero tuvo que regresarse porque no encontró trabajo.
Al darse cuenta de que había regresado al país, Martínez comenzó a llamarla impulsivamente, hasta que la convenció de que se vieran en una comarca de Boaco.
Pero el sujeto ya tenía su plan para matarla, y cuando caminaban la madrugada del 17 de noviembre hacia la casa de la joven, le disparó dos veces, en la cabeza y el pecho, quedando muerta en el camino.
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El femicida anduvo prófugo hasta que fue capturado a inicios de este año por la Policía.
En el juicio celebrado en su contra, José Ramón Martínez decidió admitir los hechos. La defensa en el debate de pena pidió 10 años de prisión porque como atenuante estaba que su “defendido tenía 20 años cuando ocurrió el hecho” y que no hubo ensañamiento al momento del crimen.
Martínez cumple su condena de 23 años de prisión en el penal de Juigalpa.