El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ratificó este miércoles a su ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, sancionado por Estados Unidos, al frente de la reestructuración de la petrolera estatal PDVSA, en momentos en que la producción petrolera sigue estancada en mínimos históricos.
Por decreto presidencial, Maduro prorrogó por seis meses los “mandos plenipotenciarios” de la comisión encabezada por El Aissami, en el cargo desde el 27 de abril, acusado de “narcoterrorismo” por la justicia estadounidense, con millonarias recompensas ofrecidas por información que conduzca a su captura.
“Procedo a firmar y entregar estos poderes absolutos a la comisión presidencial Alí Rodríguez Araque (…) para que continúe” hasta “el 19 de febrero del año 2021”, anunció el mandatario en una alocución televisada.
La comisión fue creada el pasado 19 de febrero para la “defensa” y “reestructuración” de la industria petrolera, al tiempo que Maduro declaró una “emergencia energética” en el sector petrolero. Desde entonces, fueron encarcelados varios directivos acusados de corrupción e incluso de entrega de “información confidencial” a Washington.
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No es la primera vez que el presidente promete una recuperación de la producción del país con las mayores reservas de petróleo, ni la reestructuración de PDVSA.
Para garantizar que la petrolera estatal “brille”, Maduro instruyó a El Aissami a enfrentar “el burocratismo, la corrupción y (…) a los infiltrados que se han vendido al imperialismo” estadounidense y se dedican a “sabotear procesos” de la industria.
En tanto, la producción de crudo de Venezuela siguió estancada en julio por debajo de los 400.000 barriles diarios (bd), según datos divulgados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ahondando la involución a niveles de 1934 alcanzada en junio.
Tras ubicarse en 3,2 millones de barriles por día hace 12 años, la producción venezolana ha venido cayendo por una mezcla de falta de inversión y corrupción, según especialistas.
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El declive se ha acelerado tras un embargo petrolero vigente desde abril de 2019 incluido en una batería de sanciones de Estados Unidos para presionar la salida de Maduro, a quien Washington considera ilegítimo y tilda de “dictador”.
La extracción de crudo aporta 96% de los ingresos de Venezuela, golpeada por hiperinflación y una recesión encaminada a su séptimo año consecutivo.
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