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Democracia económica y educación

Nicaragua necesita replantearse un acuerdo básico de transición económica que ofrezca condiciones de estabilización y para avanzar hacia una democratización real y efectiva de la economía. Estabilizar de los traumas que sufre gran parte de la población, por los efectos de la crisis sociopolítica con elevados niveles de desempleo y fuga de capitales e inversiones; efectos afianzados por la pandemia del virus de la Covid-19, agregándole una significativa reducción de las remesas familiares.

La realidad que vivimos en todos los órdenes evidencia que estos y otros escenarios para una nueva Nicaragua deben impulsarse con una auténtica democracia económica, interna de los sectores económicos, con enfoque inclusivo y de sostenibilidad a largo plazo.

Reconocer que el “modelo de consenso” tuvo efectos positivos en el crecimiento del producto interno bruto ya no justifica un posible retorno al mismo. Este no materializó un real incremento de empleos de calidad de los sectores medios y pequeños de la economía, y contribuyó a la inequidad social. Tampoco propició que la economía transitara desde la producción de materias primas dependientes de los precios internacionales, por ejemplo, hacia una agroindustria con valores agregados. O propiciar una oferta turística de gran escala, con ofertas diversas y sofisticadas, con oportunidades de desarrollo para las micro, pequeñas y medianas empresas.

Hemos vivido bajo la ilusión de lo que algunos llaman el crecimiento con efecto derrame, suponiendo que el crecimiento beneficia y se concentra primero en ciertos grupos, para luego “derramar sus beneficios al resto de la sociedad”. La experiencia de los investigadores de las ciencias económicas demuestra que tal derrame nunca ha ocurrido en ningún país. Así, mientras los precios de algunos productos de la canasta básica, como la carne, los frijoles y la leche se incrementen injustificadamente y generen ganancias “de exportación”, la economía no se democratiza en el sentido ético. Más aún, mientras las capacidades técnicas, profesionales y humanas de los micro, pequeños y medianos productores no se desarrollen, se seguirá poniendo muros al desarrollo humano sostenible del país.

Las estrategias económicas desde el inicio deben considerar el desarrollo de capacidades internas y la descentralización de las organizaciones empresariales y económicas; como sus articulaciones con las organizaciones de conglomerados productivos y entidades que se especializan en el desarrollo de esas capacidades.

Solo así superaremos la pobreza sin asistencialismos que nos regresan a la misma pobreza; seremos más autónomos y estaremos mejor preparados para enfrentar eficazmente los nuevos desafíos y oportunidades como país.

Democratizar la economía es fundamentalmente desarrollar capacidades técnicas, profesionales y humanas de las fuerzas productivas y servicios de calidad. Y esto no se puede lograr sin el concurso de un sistema educativo formal y no formal que asegure la formación de técnicos y profesionales, y la certificación de trabajadores empíricos en servicio; con perfiles de competencias pertinentes a las necesidades y tendencias, valores y actitudes del desarrollo humano.

Esto propicia altos rendimientos productivos, personas y ambientes laborales de calidad y calidez humana. Perfiles que se deben formar desde los primeros años de edad y a lo largo de toda la vida en la familia, los centros educativos, el trabajo y la vida misma.

Evidentemente, no somos una isla y los actores económicos no pueden estar de espaldas a la realidad sociopolítica de la población y del país.

El impulso de la democratización empresarial, productiva y de la economía requiere compromiso ético de sus líderes y actores para encontrar espacios oportunos frente a un régimen totalitario; asimismo, dar ejemplo con sus actitudes y en sus empresas, gestionando condiciones dignas nacionales e internacionales y un estado de derecho que hagan posible esa Nicaragua de oportunidades y amplia convivencia para todos y todas.

El autor es especialista en Educación y Desarrollo Humano.

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