Gisella Canales Ewest es especialista en temas económicos y fundadora de la plataforma de educación financiera Dele Peso a sus Pesos. Recientemente fue nombrada por la Revista Forbes entre las cien mujeres más poderosas de Centroamérica y República Dominicana en 2020.
¿Qué quería ser cuando era niña?
Solo recuerdo que me veía tras un escritorio sacando cuentas. Dice mi mamá que improvisaba supuestas presentaciones en cámara y decía que sería periodista.
¿Alguna fobia?
A las personas sin aspiraciones y conformistas.
¿Cuál es su recuerdo más triste?
Haber perdido mi primer embarazo.
¿Y su recuerdo más feliz?
Quizás cuando conocimos la nieve mi hija y yo. Estaba junto con la persona que más amo.
¿Cree en el horóscopo?
Antes sí, pero ahora no, luego de ver cómo se edita en los periódicos (ríe).
Si pudiera saber una sola cosa del futuro, ¿qué preguntaría?
¿Cuándo, exactamente, dejaremos de ser un país pobre?
¿Qué objeto hay junto a su cama?
Un abanico (ríe). No puedo dormir sin él, aunque haya frío.
¿Perro o gato, qué prefiere?
Perros, definitivamente. Su capacidad de transmitir cariño y lealtad es algo que los humanos deberíamos imitar.
El último libro que leyó.
El Preso 198, de Fabián Medina, que lo leí por segunda vez.
¿Sin qué invento no concibe la vida?
Energía eléctrica, de ahí viene todo lo demás que se ha convertido en indispensable para nuestras vidas.
¿Un gusto culposo?
Ir de compras a una ferretería y pasar hooooras ahí.
Si pudiera pedir tres deseos, ¿cuáles serían?
Ver a mi hija cumplir todo lo que se propone (dice que quiere ser científica). Que haya elecciones libres y transparentes en Nicaragua. Que de una vez nos pongamos a trabajar en serio para sacar al país del subdesarrollo.
¿Cuál ha sido para usted la parte más dura de la pandemia?
Ver a tantas personas no tener otra opción que salir a las calles a buscarse “la vida”, personas de la tercera edad y hasta niños.
Un mensaje para los nicaragüenses.
El momento más oscuro de la noche es antes del amanecer. No hay que tirar la toalla: lo que sea que te propongás, no es imposible si trabajás por ello.