Byron Bonilla no quería salir del Saprissa en julio, pero no tenía otra opción. El plantel se reforzó para competir seriamente por todos los títulos y contrató en su puesto a jugadores de la selección costarricenses. El granadino sabía que le estaban mostrando la puerta de salida y buscó mejor opción para seguir creciendo. “No pienso llegar a un club para estar sentado sabiendo que tengo mucho que mostrar”, aseguró en ese momento.
El granadino salió de titular el miércoles —empató 2-2 ante Jicaral— y llegó a cinco duelos consecutivos jugando de inicio en el Cartaginés, el líder del grupo B y uno de los favoritos para llegar a la semifinal. Bonilla ha logrado en el Cartaginés la estabilidad futbolística deseada en el Saprissa donde jugó 22 paridos de 60 posibles: 18 desafíos de 50 en Liga y 4 de 10 en Liga Concacaf.
Los agentes del nicaragüense confían en que tiene la calidad para brillar en un equipo grande del futbol costarricense y decidieron llevarlo al Cartaginés, un equipo de tradición al que Bonilla le hizo mucho daño en la pasada semifinal donde había llegado por primera vez en 10 torneos. La directiva brumosa, como se le conoce al club, decidió invertir más para buscar el anhelo título esta temporada y el técnico Hernán Medford apostó por Bonilla.
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Bonilla aún no registra un pase gol a su compañero —sí ha participado en jugadas decisivas— o ha marcado, pero ha tenido el desequilibrio esperado por Medford, quien ha confiado ante Limón dos veces, San Carlos, Sporting San José y Jicaral. El seleccionado vive su mejor momento de regularidad desde hace más de un año y siete meses cuando a finales de febrero y principio de marzo de 2019 disputó cinco partidos consecutivos de titular -Saprisa, Cartaginés, Herediano, Pérez Zeledón y UCR- jugando para el Municipal Grecia, el primer club en el que se dio a conocer la Primera costarricense.