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El cainismo en la oposición

El diccionario de la Lengua Española define el cainismo como una “actitud de odio o fuerte animadversión contra allegados o afines”.

El concepto de cainismo deriva del relato bíblico acerca de que Caín, el hijo mayor de Adán y Eva que fueron los primeros seres humanos sobre la tierra, mató por envidia, odio y rivalidad a Abel, su hermano menor.

En la zoología se llama cainista a la conducta agresiva de ciertos animales, en particular algunas aves rapaces, por la cual los polluelos mayores atacan a los menores, llegando hasta matarlos, por causa de sobrevivencia o sencillamente por un instinto natural de dominación.

En la política, que es un ámbito de competencia y antagonismos que en determinadas circunstancias llegan a ser feroces, también ocurre el cainismo, sobre todo en aquellos países cuya cultura política es atrasada o que por algún motivo, como puede ser el peso gravoso de una dictadura absolutista y exclusionista, se ha retrocedido en el ejercicio humano de la competencia política.

Actualmente, en Nicaragua hay un intenso cainismo político en la oposición que se observa claramente en las redes sociales. No nos referimos a los ataques de los agentes de la dictadura contra la oposición, que lógicamente son destructivos a propósito, sino a los de algunos opositores que tratan a los otros como si fueran sus verdaderos enemigos, no la tiranía.

En diversas ocasiones hemos opinado que las contradicciones y discusiones abiertas entre los opositores son necesarias y útiles, además de inevitables, primero porque representan la práctica de la libertad de expresión y discusión que es propia de la democracia; y segundo, porque la diversidad de ideas y su discusión enriquecen las propuestas de acciones y de soluciones a los grandes males del país, las cuales interesan a todos, inclusive a muchos que apoyan a la dictadura.

Lo inaceptable es el dañino cainismo que practican algunos francotiradores en la oposición, el ataque sin sentido, los insultos y difamaciones que minan la moral de los luchadores contra la tiranía. Son personas que al parecer no toleran las diferencias de los otros, son incapaces de aceptar a los demás como distintos que son pero sufren la misma represión y tienen igual propósito de poner fin a la dictadura y recuperar la democracia.

No se trata de renunciar a las ideas propias y subordinarse a los demás. Es que la dictadura agrede y quiere aniquilar a todos los que se le oponen, sin distinguir ideología, filiación política, posición económica ni pertenencia social. Y si todos reciben el mismo palo, es elemental que para soportar mejor el golpe por lo menos se debe tratar a los otros con la debida consideración.

Está claro que el cainismo no ocurre solo entre las aves de rapiña sino también entre los humanos, tanto donde se sufren dictaduras como donde hay democracia. Se conoce que Winston Churchill dijo en el Parlamento de Inglaterra, donde se libran las principales batallas políticas en ese país democrático, que a sus adversarios los tenía enfrente —refiriéndose a los miembros del partido opositor— pero a sus enemigos los tenía detrás —en alusión a sus propios compañeros de partido. Sin embargo, el cainismo se puede y se debe evitar, sobre todo en una situación tan difícil como la que afronta la oposición de Nicaragua en la actualidad.

Editorial
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