De puro milagro, Fanny, de un año, se salvó de la muerte. El techo de su casa se derrumbó y ella tuvo la suerte de que su abuela la llegó a traer justo minutos antes del suceso, cuenta ahora Francisca Leonor Duarte, madre de la niña y una de los más de 200 habitantes de los escombros de la capital, en el sector ubicado contiguo a las instalaciones de Correos de Nicaragua.
En la casa vecina, donde habita doña Juana María Arias y sus 18 familiares, han tenido más suerte. Ahí no se ha caído el techo, pero las paredes “están buscando el suelo”, cuenta la señora de más de 60 años, con tono de preocupación.
“Son 23 años de vivir aquí y estas paredes se están desmoronando, ya están totalmente cuarteadas y toda el agua se nos filtra por las paredes, el techo y hasta nos entra por debajo de las puertas” , dijo la señora.
De acuerdo con el censo de los coordinadores del Consejo del Poder Ciudadano, son 32 las familias —compuestas por más de 300 personas—, que habitan los cuatro escombros de edificios en el sector oeste de Correos de Nicaragua, desde hace más de veinte años.
“Pero, aquí han pasado un montón desfilando y prometiendo ayuda”, reclama Amanda Acuña, quien aclara que la última en “desfilar” fue la ahora Alcaldesa designada en la capital, Daysi Torres.
“Vino en campaña y dijo que nos iba a ayudar, pero no hemos visto nada”, cuenta la señora, quien ya tiene más de 30 años de vivir en los escombros del viejo centro de Managua.
PROMESAS PASAN Y PASAN
Ni la municipalidad capitalina, ni el Gobierno central han revelado la cantidad exacta de edificios en escombros que son habitados.
Tampoco han indicado la cantidad exacta de familias que viven en estos deteriorados edificios que están ubicados en el antiguo centro terremoteado de Managua. No obstante, se han hecho algunos censos parciales por parte del Gobierno.
Sólo en el viejo edificio del Laboratorio Bengoechea, en el sector situado detrás de Cancillería, hay unos doscientos habitantes que fueron censados y hasta se reunieron con la directiva del Instituto de la Vivienda Urbana y Rural (Invur) para valorar un posible traslado. Desde esa reunión, en mayo del 2008, nada ha pasado.
Hace seis meses, los más de 150 habitantes de los escombros de la antigua Farmacia Managua tenían la esperanza de que serían reubicados en el complejo habitacional de las “petrocasas” en el sector cercano al Mayoreo. Pero esto tampoco ocurrió, a pesar de que el proyecto inicial para la construcción de las cien “petrocasas” contemplaba que esas viviendas serían para las personas de los escombros.
La nueva propuesta de los dirigentes del CPC de algunos edificios en escombros es que la municipalidad derribe todos los escombros, limpie el área y les permita reconstruir sus viviendas en los mismos sitios donde viven actualmente. Tampoco han obtenido respuesta alguna sobre este tema.
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