El barrio está atravesado por el cauce que baja del sector de Pochocuape y que, incluso, se une con el cauce que viene del barrio San Judas. Precisamente por la fuerza de las escorrentías, el cauce principal se ha ensanchado y se ha “comido” las calles y patios ubicados en su cercanía.
En consecuencia, el muro de contención ubicado enfrente de la vivienda de Flor Urbina hasta se derrumbó.
“(El cauce) ya está chancomiéndose todo. Esa pared se derrumbó hace un rato, con las lluvias. Esto se ha puesto peor”, indicó Urbina, en cuya familia hay ocho niños y cuatro adultos.
El cauce se ha ensanchado en los últimos años porque, además de la basura que está haciendo mella en el lugar, el área no fue atendida en este año por la comuna capitalina y para el próximo año tampoco figura proyecto alguno en el tema.
Al respecto, el coordinador del Consejo del Poder Ciudadano del barrio, Silverio Murillo, indicó que “el barrio ha sido bien abandonado, pero estamos en la lucha por avanzar”.
Aunque no hay obras en el cauce, el miembro del CPC indicó que la Alcaldía de Managua aplicará obras de mejoramiento vial en dos calles del barrio Sierra Madre, para el próximo año.
ES CAUCE NATURAL
Bayardo Ramos Ramírez, uno de los dirigentes del barrio, denunció ante las autoridades municipales que el cauce está “partiendo y socavando” la comunidad. Sin embargo, a pesar de que la denuncia fue hecha en el cabildo municipal del Distrito Tres, no hubo respuesta alguna.
A la fecha, el cauce que pasa en medio del barrio está revestido de manera parcial, pero en algunas zonas, como la ubicada enfrente de la vivienda de doña Raymunda Salmerón, el abismo es de tierra.
“Este guindo está más ancho y más hondo (profundo), yo ya llevo doce años de vivir aquí y ahora estamos peor porque con tanta cosa hasta hay demasiados zancudos”, dijo la matrona de la familia compuesta por cinco niños y tres adultos.
LAS OTRAS FAMILIAS CERCA DE LOS CAUCES
En Managua, las familias del cauce que cruza el Sierra Maestra no son los únicos afectados por el ensanchamiento de los cauces.
De acuerdo con los datos municipales de la administración actual, unos 65 kilómetros de cauce son de tipo natural, que con cada lluvia incrementan su ancho y longitud. Mientras, otros 45 kilómetros sí están revestidos. Sin embargo, los datos de la administración anterior de la Alcaldía de Managua hacían referencia a 146 kilómetros de cauce no revestidos.
Con las lluvias pasadas, incluso, el cauce 31 de Diciembre que recorre principalmente el Distrito Seis de la capital se ensanchó y prácticamente ya se “tragó” un terreno donde funcionaba una cancha de futbol en el barrio Laureles Norte.
Mientras, en el Distrito Cinco de Managua la cantidad de familias que habitan en las cercanías de los cauces suman más de 500.
En esa misma zona, el ochenta por ciento de los 17 puntos críticos corresponde a barrios donde hay viviendas habitadas dentro o a las orillas de los cauces.
En el Distrito Cuatro, la situación está más controlada.
Ahí, medio centenar de familias habitan dentro de los cauces que pasan por el barrio URSS, El Paraisito y San José Oriental.
El descontrol por las áreas cercanas a los cauces llega a un nivel tan alto, que ni las instalaciones cercanas a la Alcaldía de Managua se salvaron.
En la zona del complejo municipal, frente del Centro Cívico, ya hay un pequeño mercado que está ubicado a los lados y dentro del cauce que por ahí pasa.
Aunque las cifras de los afectados varían en cada gobierno, la situación de riesgo se empeora con los basureros espontáneos creados a las orillas y dentro de los mismos cauces.
Con la basura, las corrientes no sólo llevan agua y sedimento, sino que también acarrean los desperdicios que causan más enfermedades y más riesgos físicos para la población ubicada en las zonas de riesgo.
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