En el inicio del proceso judicial por la estafa masiva del caso Marca Móvil, el juez Séptimo Distrito de lo Penal de Audiencia de Managua, Abelardo Alvir Ramos, dictó prisión preventiva contra la venezolana Karen Vanegas y la nicaragüense Irene Peralta, acusadas como encubridoras del delito de estafa agravada, cometido por el mexicano Jorge Tirado Chávez, quien también está acusado de lavado de dinero.
El judicial también giró orden de captura contra Tirado, quien se encuentra prófugo y ya está siendo buscado por la Interpol.
Vanegas, a quien se le atribuye mandar a su trabajadora Irene Peralta destruir las evidencias que probaban la estafa de Tirado a más de 1,800 personas, señaló que no sabía nada del ilícito.
La procesada pidió a las autoridades que investiguen al ex director de Migración y Extranjería, Fausto Carcabelos.
También piden investigar a la esposa de Carcabelos, Honey Obando.
Vanegas señaló a ambos de ser los verdaderos cómplices de Tirado y dijo que ni la Policía ni la Fiscalía están investigando correctamente el caso.
“En ningún momento nosotras hemos tratado de encubrir a una lacra (Jorge Tirado) que estafó a Nicaragua, y los verdaderos culpables, nicaragüenses también, se encuentran en la calle y se están aprovechando de esta situación para llamar la atención hacia mí y ellos están, me imagino, limpiando todo”, dijo Vanegas.
La venezolana se refería así a una foto publicada por un medio local, en la cual ella aparece con el mexicano Jorge Tirado y que, según ella misma, fue tomada por Fausto Carcabelos cuando éste y su esposa le organizaron su fiesta de cumpleaños, el pasado 21 de agosto.
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El juez Alvir Ramos decidió decretar la prisión preventiva, la medida cautelar más fuerte, porque consideró que de acuerdo con la acusación las mujeres sí conocían que Tirado había estafado a través Marca Móvil a más 1,800 personas, a quienes les causó un perjuicio de 28 millones 71 mil 864.50 córdobas.
La audiencia inicial del caso, en la cual se establecerá si las mujeres irán o no a juicio oral y público, se realizará el próximo 16 de noviembre.
El mexicano Tirado ingresó a Nicaragua el 12 de abril pasado, cuando ya otra persona de nombre Alejandro González había constituido legalmente Marca Móvil.
El primer negocio que intentó Tirado fue con camisetas, pero no le funcionó, por lo que después intentó con vehículos y motos.
Tirado anunció en los periódicos que vendía vehículos que valían más de nueve mil dólares en solamente dos mil dólares, con la condición que los vehículos no serían entregados a sus compradores hasta después de 180 días, porque en ese tiempo todos los domingos los vehículos saldrían a la calle exhibiendo publicidad de empresas canadienses, estadounidenses y nicaragüenses.
Tirado hizo lo mismo con motos, por las cuales cobraba 150 y 200 dólares, según la calidad de la misma.
Al final los vehículos no fueron entregados y la empresa “alzó vuelo”.
Tirado huyó de Nicaragua el 14 de octubre a Panamá, llevándose el dinero, en total un millón 362 mil 711 dólares, equivalentes a los 28 millones 71 mil 864.50 córdobas.
Vanegas se conoció en julio de este año con Tirado y según la acusación, después de la huida de Tirado, éste le instruyó que destruyera los libros de acciones de Marca Móvil, cuatro acciones, contratos con las víctimas, una acción de Tirado en otra empresa, entre otros documentos que prueban la gran estafa de Marca Móvil.
Vanegas instruyó a su vez a Irene Peralta, su trabajadora, para que destruyera las evidencias del caso, según constata en correos electrónicos que la Policía descubrió en un allanamiento.
La venezolana aseguró a los medios de comunicación que ella no sabía de los delitos de Tirado, con quien dijo sólo tenía amistad y que Irene tuvo miedo de destruir las evidencias, las cuales entregó a una familiar que las conservó.
Vanegas indicó que dijo a la Policía y a los fiscales que no hicieran pública su detención, y que ella les ayudaría a dar con el paradero del mexicano Tirado, pero que los fiscales “destruyeron” toda posibilidad de que ella ahora se comunique con el prófugo.
“Yo no tengo un peso de ese dinero (estafado a los 1,800 nicaragüenses)”, dijo Vanegas, quien manifestó que ha pedido a la Policía que la someta a un detector de mentiras, pero las autoridades no han correspondido a su pedido.
Vanegas señaló que se encuentra mal emocionalmente porque la están acusando injustamente y que sólo falta que la Policía le “arranque las uñas”.
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