Las tropas del Ejército de Nicaragua continuaron ayer la búsqueda de narcotraficantes en la zona de Walpasiksa, en el norte del Caribe nicaragüense, mientras decenas de líderes indígenas han llegado a Bilwi a denunciar la represión y persecución militar a la que han sido sometidas las comunidades indígenas.
El desplazamiento militar se produce después que narcotraficantes apoyados por indígenas de la comunidad de Walpasiksa emboscaron a una lancha de la Fuerza Naval en un ataque en que fallecieron un teniente y un sargento del Ejército el pasado martes 8 de diciembre.
¿Otra Navidad roja?
“Lo que sabemos es que las comunidades están bajo represión por el Ejército de Nicaragua y estamos enviando una comisión integrada por pastores y personal de los derechos humanos y el Consejo de Ancianos a evaluar la situación”, dijo ayer Brooklin Rivera, diputado de la bancada sandinista y líder de Yatama en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN).
Otro dirigente miskito, Osorno Coleman, ex comandante de Yatama, va más allá y compara la actual persecución que ha desatado el Ejército contra las comunidades indígenas con la operación bautizada “Navidad Roja”, mediante la cual el Gobierno sandinista desalojó en 1982 a 42 comunidades miskitas que estaban asentadas en las riberas del río Coco y las trasladó por la fuerza hacia el interior del país.
- Según el capitán de navío Róger González Díaz, jefe de la Fuerza Naval del Ejército, los narcotraficantes respondieron violentos el pasado ocho de diciembre luego de tres operativos que han hecho a lo largo del año.
“El armamento siempre ha sido usado como un modo de garantizarse la seguridad de los narcotraficantes, sea el caso de los tumbadores o cualquiera, porque ellos se juegan la vida en la operación”, lamentó el oficial consultado.
“No lo usan para atacar a las autoridades. Ahora vemos otra cosa. Para mí puede tratarse de un grupo más violento o lo más grave, un cambio de actitud en los narcos en el país”.
El problema que enfrentan los oficiales es precisamente la geografía del lugar, conocida palmo a palmo por los delincuentes.
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Coleman señaló que varios líderes y comunitarios de Walpasiksa, Aris Watla, Halouver, Wawa Bar y otras comunidades cercanas han llegado a Bilwi a denunciar la agresión y persecución de los personeros del Ejército de Nicaragua, a quienes señalan de violentar los derechos humanos de los indígenas.
“Como líder miskito considero que el Ejército de Nicaragua debe mantener su lucha sin cuartel contra el narcotráfico, pero eso no significa que se tiene que perseguir a los indígenas en las comunidades como lo están haciendo”, refirió.
Humberto Thompson, ex alcalde de Prinzapolka, dijo a LA PRENSA vía telefónica que tres helicópteros habían aterrizado en Layasiksa 2 dejando un fuerte contingente de policías y soldados del Ejército, quienes están persiguiendo a los nativos. Dijo conocer que familias completas se están internando en el espesor de las montañas por temor a la presencia militar.
Ejército niega
El general Adolfo Zepeda, director de Relaciones Públicas del Ejército de Nicaragua, negó los señalamientos y aseguró que sus soldados son “especialistas” en el respeto de los derechos humanos, porque es parte de su formación.
Dijo que, más allá de las denuncias de violaciones a los derechos humanos, en estos momentos debe primar la erradicación del narcotráfico.
“Estamos dispuestos a atender a algunas personas de la localidad del Atlántico Norte que están preocupadas, les vamos a dar a conocer en qué consisten nuestros operativos, tenemos que preocuparnos del respeto a los derechos humanos, claro, pero más que eso de liberarnos del flagelo del narcotráfico”, sostuvo vía telefónica.
El coronel Danilo Blanco Núñez, jefe del Destacamento Militar del Norte, dijo por su parte que hay una campaña de desinformación sobre las operaciones que realiza el Ejército de Nicaragua en la zona de conflicto. “Hemos informado de nuestras acciones a los pastores y las autoridades regionales”, dijo, y señaló que sostendría una reunión con el líder de Yatama Brooklin Rivera en Bilwi, para explicarle los alcances de la operación militar en el litoral del Caribe.
Hombres regresan
Según el Ejército, los hombres de Walpasiksa ya empezaron a volver a este caserío recóndito, de donde habían huido tras el operativo militar que se implementó desde la emboscada contra las autoridades el pasado ocho de diciembre.
Así lo confirmó el capitán de navío Róger González Díaz, jefe de la Fuerza Naval del Ejército.
“Ya ha regresado parte de la gente (a sus casas), se ha hablado con ellos, incluso hay gente que por temor consideraron que se iba a arrasar con la población; pero se habló con las principales autoridades, se les dijo que se busca que puedan estar en paz, trabajar y que el objetivo no es contra la población, sino contra los delincuentes colombianos que se manejan en la zona”, intentó calmar el jefe militar.
Hasta la tarde de este sábado, las autoridades informaron del decomiso de 177 mil dólares y del rastreo de otra cantidad de dólares que suma dos millones y medio, supuestamente, aunque González especuló con que podrían ser más.
¿Una tonelada de droga?
Igual pasa con la droga que podría estar enterrada en aquellas montañas. “Es probable que fuera una tonelada de droga en esa avioneta, más o menos tiene esa capacidad, pero a lo mejor pudo ser menos, por el dinero que hayan traído. Estamos tratando de determinar si hubo alguien importante, pero esa información la queremos confirmar”, sostuvo González vía telefónica.
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