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Luis Vega Miranda

La nota Knox: 30 días que conmovieron Nicaragua

E El 16 de noviembre de 1909 fueron fusilados los mercenarios norteamericanos Lee Roy Cannon y Leonardo Groce, en el cementerio de la fortaleza de El Castillo, en el río San Juan, por orden del presidente José Santos Zelaya, cumpliendo la sentencia de un Consejo de Guerra que los había juzgado el día anterior por intentar destruir el vapor El Diamante del Ejército gubernamental (con 500 hombres). La sentencia se ejecutó pese a que los norteamericanos habían escrito sendas cartas a Zelaya pidiendo clemencia y amigos del presidente le pedían que no los fusilara por las precarias relaciones políticas que el gobierno de Nicaragua pasaba con los Estados Unidos de Norteamérica. Esta decisión del general Zelaya marcaría el destino de su gobierno que lo llevaría hasta el 16 de diciembre de dicho año a renunciar a la presidencia y ser expulsado del país poco después.

Los casi diecisiete años en el poder de Zelaya no eran del agrado del poderoso estado del norte, pues su autocracia era un peligro para los intereses norteamericanos y lo consideraba un gobernante desestabilizador del área centroamericana, influyendo en su política y políticos; había ocupado Honduras, acosaba a El Salvador y por este motivo el dictador guatemalteco Manuel Estrada Cabrera lo odiaba. Éste, a mediados de 1909 le entregó diez mil dólares al general Emiliano Chamorro para la compra de pertrechos militares e iniciar una revolución. Lo mismo hizo los Estados Unidos, por medio de la lealtad de un contador de La Luz y Los Ángeles Minig Company, que trabajaba en Bluefields, Adolfo Díaz, de instigar al general Juan J. Estrada, gobernador-intendente de la Costa Atlántica, de alzarse contra Zelaya, revolución que Estrada ya tenía en proyecto, y financiarlo con 600,000 dólares (provistos por USA) para comprar armas.

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El 1 de diciembre de 1909 el Departamento de Estado envió al encargado de negocios en Washington, señor Felipe Rodríguez Mayorga, la tristemente célebre nota Knox”, que entre muchas cosas exigía la separación del cargo del presidente liberal José Santos Zelaya. Amenazado con no dejarlo salir de país, ser encarcelado y procesado, el general Zelaya renunció a la presidencia el 16 de diciembre ante la Asamblea Legislativa de Nicaragua

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Philander Knox, el secretario de Estado del presidente Taft, abogado y socio de inversionistas en las minas, había prometido a los rebeldes nicaragüenses, conservadores y liberales, reconocer la presidencia provisional de Estrada una vez proclamara el desconocimiento a Zelaya. Pero los revolucionarios habían sido derrotados en varios frentes. Fue así, obedeciendo órdenes de Estrada, que Emiliano Chamorro había tomado San Juan del Norte, adonde Zelaya mandó tropas para recuperarlo, cuando se dio el hecho de Cannon y Groce, conocedores de minas, por órdenes de Chamorro colocaron la bomba en el agua que explotó sin lograr inutilizar las tropas oficiales, y dándose a la fuga fueron capturados por las mismas tropas y conducidos a El Castillo donde fueron juzgados.

El 10 de octubre se publica en Bluefields el decreto por el cual Juan J. Estrada desconoce a Zelaya y asume provisionalmente la presidencia de la República. Zelaya declara traidor a Estrada y encarcela a opositores. Pero las muertes de Cannon y Groce adelantaron los acontecimientos, “era lo que estaban esperando los norteamericanos para intervenir desvergonzadamente en Nicaragua”, comenta el doctor Enrique Belli Cortés. Cinco días después del fusilamiento el Gobierno norteamericano reconocía como beligerante a las fuerzas revolucionarias, prometiendo enviar armas y pertrechos. Zelaya solicita al general Porfirio Díaz, presidente de México, intervenir a su favor ante el Departamento de Estado para exponer la legalidad del proceso a los norteamericanos, gestiones que hace México y fracasan. El poder de Zelaya disminuía acosado por el Gobierno de los Estados Unidos, “hasta llegar a su culminación el primero de diciembre de 1909 cuando el Departamento de Estado envió al encargado de negocios en Washington, señor Felipe Rodríguez Mayorga, la tristemente célebre nota Knox”, que entre muchas cosas exigía la separación del cargo del presidente Zelaya. Amenazado con no dejarlo salir de país, ser encarcelado y procesado, el general Zelaya renunció a la presidencia el 16 de diciembre ante la Asamblea Legislativa por medio del mensaje leído por su ministro doctor Julián Irías. El 21 de diciembre se reunió la Asamblea para darle posesión de la presidencia al doctor José Madriz. La madrugada del 24 de diciembre el general Zelaya abandonaba la Casa Presidencial para dirigirse a puerto Corinto, donde abordaría el buque de guerra mexicano “General Guerrero”, surto desde el 19 que lo esperaba, como Zelaya había solicitado a Porfirio Díaz que le diera asilo. “A las 5 de la tarde de ayer, saludado por atronadoras salvas de los acorazados yanquis y por las baterías de Corinto, con todos los honores de estilo, zarpó el “General Guerrero”, llevando a su bordo al presidente depuesto de Nicaragua don José Santos Zelaya”, escribía el diplomático mexicano Federico Gamboa (citado por Belli Cortés).

Así terminó el gobierno dictatorial de Zelaya, quien había sacado el país del régimen paternal-patriarcal y semifeudal de finales del siglo IXX a la modernidad burguesa, renovándolo en educación, agroexportador, industrial y financiero, sentando las bases del Estado moderno del siglo XX.

El 1 de diciembre de 1909 el Departamento de Estado envió al encargado de negocios en Washington, señor Felipe Rodríguez Mayorga, la tristemente célebre nota Knox”, que entre muchas cosas exigía la separación del cargo del presidente liberal José Santos Zelaya. Amenazado con no dejarlo salir de país, ser encarcelado y procesado, el general Zelaya renunció a la presidencia el 16 de diciembre ante la Asamblea Legislativa de Nicaragua

Opinión

COMENTARIOS

  1. Rene Torres
    Hace 14 años

    Los acontecimientos historicos cambian segun el narrador. No puedo precisar donde, lei que la ejecucion de Cannon y Groce estuvo fuera de las manos del General Zelaya y fue el comandante que los capturó quien despues del consejo de guerra los ejecutó en forma sumaria causandole a Zelaya el daño historico que desemboco en su caida. Por la eficiencia de las comunicaciones, me inclino a creer que no estuvo al alcance del Presidente Zelaya confirmar la decision del Consejo de Guerra.

  2. Sieyés
    Hace 14 años

    Muy buen atículo, que sirve para culturizar a este nuestro pueblo desconocedor de su historia. Y también para que veamos que en Nicaragua ha habido liberales que han dado la cara por la nación, como José Santos Zelaya y el General Sandino. No como los peleles corruptos que hoy se llaman liberales y que lo único que persiguen es el enriquecimiento ilícito personal y el poder, aún a costa de la traición a la Patria y el contubernio con el Belcebú Daniel Ortega, principal destructor de la

  3. Saratustra
    Hace 14 años

    Recomiendo leer las obras de Don Gregoio Selser sobre Sandino: “El Pequeño Ejercito Loco” y “El General de Hombre Libres”, para que veamos la dierencia entre los liberales de honor y los corruptos que tenemos ahora, y entre los verdaderos sandinistas y los sátrapas ladrones y tramposos que tenemos ahora.

  4. miguel Garcia
    Hace 14 años

    La historia se repite. Estos presidentes Zelayas, nunca saben ( para deslindar responsabilidades de la muerte de personas que directa/indirecta afecta la politica domestica ) los intentos de permanecer en el poder es igual. Ayer, Santos Zelaya hoy el Zelaya de Honduras. Sera coincidencia-mania o solamente herencia? Seran parientes de disparate Ortega o de callate ya _Chavez..?

  5. JEN PAUL
    Hace 14 años

    LO QUE MAS ME GUSTA ES LA PINTA DE ESTE SENOR CON TREMENDA CARA DE NACATAMAL MAL AMARADO.

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