Querida Nicaragua: Desde que Dios amanece, como dice nuestro pueblo, sintonizamos la radio o la televisión y también leemos el periódico y lo que recibimos son toneladas de palabras que informan de todo.
Particularmente la radio y la televisión lanzan los criterios de todos aquellos oyentes que dicen por teléfono lo que quisieran que los políticos hicieran. Lo dicen en los pocos medios independientes que van quedando y que abren sus micrófonos al pueblo.
Si con palabras pudiéramos arreglar la situación del país hace ratos la tuviéramos arreglada. Creo yo que en lugar de hablar tanto deberíamos trabajar en un programa ordenado que logre cautivar a todos los sectores democráticos que repudian el sistema de conducción que este Gobierno le está dando al país.
Pero hay que reconocer que no tenemos estrategia y que damos muchos palos de ciego. No conocemos el orden, la disciplina, la puntualidad y no valoramos el compromiso que tenemos de forjar una verdadera democracia para nosotros y las futuras generaciones.
Si fuéramos ordenados, disciplinados, puntuales hablaríamos menos y haríamos más. Y me refiero a todos los que queremos recomponer nuestro país, a los que hablamos en la radio o escribimos en los periódicos y a todos los ciudadanos que a través de los medios expresan sus criterios y sus posibles soluciones.
Es hora de que ocupemos una buena parte de nuestro tiempo en reflexionar con seriedad sobre un derrotero exitoso que nos lleve hacia la democratización verdadera de nuestro país.
Me decía un prestigioso analista político cuyo nombre me reservo, que lo primero que tenemos que hacer es rescatar el principio elemental que quedó hecho pedazos con el fraude de las municipales de noviembre de 2008. Y ¿cuál es ese principio? Que sólo podemos llegar al poder y crear democracia por medio de elecciones limpias.
Este Gobierno rompió esa hermosa tradición que traíamos en las últimas tres elecciones. Este Gobierno impuso con mañas truculentas un fraude escandaloso y se robó cuarenta Alcaldías que no eran suyas. Y de hoy en adelante seguramente piensa hacer lo mismo contando con la misma gente entrenada en el Consejo Supremo Electoral. El fraude fue algo así como un ensayo para seguir haciendo otros fraudes.
Necesitamos un plan estratégico para recobrar ese principio de sólo poder llegar al Gobierno de la nación a través de elecciones limpias, súper vigiladas y honestas. Ésa debería ser nuestra principal tarea, pues al paso que vamos, el danielismo se quedará en el poder por largo rato, todo el tiempo que nosotros nos demoremos en recobrar ese elemental instrumento de la democracia como son las elecciones limpias y transparentes.
Busquemos la solución en la unidad, en grupos de estudio para crear una estrategia, grupos de reflexión y de presión para no permitir que el Gobierno continúe arruinando el sistema electoral permitiendo y fomentando fraudes, engañando a la población y al mundo internacional.
Hay un liderazgo por descubrir. Alguien que hable claramente y que proponga terminar con tanta basura administrativa que hemos tenido.
No hay que perder la esperanza. Si todo está mal habremos de componerlo, pero no sólo hablando sino que presentando ideas concretas, hablando poco y haciendo lo que hay que hacer.
Somos un país digno y con un gran futuro. Dicen que mucho hablo de profetas líricos como nuestro Rubén. Me enorgullezco de ello. Fue él quien dijo: “ Nicaragua está hecha de vigor y de gloria, Nicaragua está hecha para la humanidad”.
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