Un grupo de habitantes de Walpasiksa, en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), se reunió ayer con miembros de la Comisión de la Paz, Defensa, Gobernación y Derechos Humanos de la Asamblea Nacional para denunciar al Ejército de Nicaragua por la muerte de tres personas, el arresto de otras 18 y la desaparición de otras 16, presuntamente luego de que las fuerzas armadas tomaran el control de la zona en diciembre pasado, al descubrirse la presencia de narcotraficantes.
El diputado ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen), Floyd Bushey, y el primer secretario del Consejo Regional Autónomo del Atlántico Norte, Salvador Fermín, actuaron como traductores de varias mujeres, quienes sólo hablan miskito.
Una de las mujeres indicó —llorando— que su hijo Leonel Paiba supuestamente murió a manos de efectivos militares, quienes habrían impedido que el joven fuese sepultado.
“Los militares, con un odio y venganza, dejaron que el cuerpo se pudriera por tres días y querían encender el cuerpo con gasolina, hasta que toda la gente se levantó para rescatar el cuerpo”, sostuvo Bushey.
El representante ante el Parlacen agregó que los militares también tomaron 392 cédulas de identidad y utilizaron como leña los pupitres de madera de la escuela de la zona.
Mientras, el diputado liberal Maximino Rodríguez, presidente de la Comisión de la Paz, Defensa, Gobernación y Derechos Humanos, anunció que visitarán Walpasiksa para verificar las denuncias y solicitarán a la Ministra de Gobernación, Ana Isabel Morales, que informe en cuáles prisiones estarían las 18 personas de esa zona caribeña, según la denuncia.
En diciembre pasado tropas del Ejército fueron emboscadas por narcotraficantes en la zona de Walpasiksa, pereciendo el jefe de la misión, el teniente de corbeta Joel Eliécer Baltodano González y el sargento tercero Roberto Carlos Somarriba Rojas.
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