Política
“La política es la conducción de los asuntos públicos para el provecho de particulares”
Ambrose Bierce (1842 – 1914); cuentista y periodista estadounidense
Proyecto de Amnistía
En días recientes ha surgido la idea entre los liberales en la Asamblea Nacional de aprobar una Ley de Amnistía política que beneficie al ex Presidente Arnoldo Alemán y al diputado, Eduardo Montealegre. Inicialmente se proponía una amnistía para todos los exfuncionarios y ahora parece que sólo beneficiará a aquéllos que están de alguna manera vinculados a las acusaciones en contra de ambos ciudadanos. Según los diputados liberales, la razón principal de esta Ley de Amnistía es evitar y acabar de una vez por todas con el chantaje judicial que hace el Presidente Daniel Ortega en contra de ambos líderes liberales para lograr las cuotas de poder y subordinarlos a sus intereses partidarios.
Existen dos escenarios que los diputados liberales podrían considerar:
1) Desligar la suerte del Partido de la del líder. ¿No creen que sería mejor que Alemán y Montealegre se retiren (por el bien del país) del liderazgo que actualmente ejercen? O puesto de otra manera: ¿Por qué el Partido Liberal no se distancia de ellos? Bajo este escenario, es muy probable que Alemán y Montealegre ya no serían chanteajados, pues no tendrían nada que ofrecerle a Ortega a cambio del chantaje. El fortalecimiento de las instituciones es más importante para la nación que los intereses personales de los líderes.
2) Ley de Amnistía parcial. ¿Se podría elaborar una Ley de Amnistía temporal? Esta Ley tendría validez mientras haya un sistema judicial politizado. También incluiría la conformación de una comisión de la verdad, constituida por notables hombre y mujeres nicaragüenses, que pueda esclarecer las acusaciones hechas en contra de Alemán y Montealegre.
Nicaragua saldría ganando pues se conocería la verdad, los inocentes limpiarían su honor ante la nación y los culpables deberán pagar su condena, así se haría verdadera justicia. Esto evitaría que en el futuro, funcionarios que cometan delitos de corrupción y violación de la Constitución, huyan de la justicia amparándose en leyes de amnistía política que lastimosamente en Nicaragua se usan como un mecanismo para que la impunidad prevalezca.
En cualquiera de estas dos opciones (y otras mas), la gran necesidad de nuestro país es el saneamiento del Poder Judicial en su totalidad. Este saneamiento incluye la forma en que los magistrados de la Corte Supremo de Justicia (CSJ) son electos y la independencia del Poder Judicial de intereses partidarios o personales. El Poder Judicial está para impartir justicia a todos por igual, apegado a la Constitución y no para ser usado como arma política.
José R. Vallejos Membreño
Declaraciones de Colom
Me dirijo a través de este Diario, al Presidente de Guatemala, Álvaro Colom para decirle que leí con sumo interés las declaraciones que diera recientemente al periodista Fabián Medina del Diario LA PRENSA, en relación a su interés de que en Centroamérica haya armonía y visos de unidad. En ese sentido, lo felicito por sus deseos de que la región avance en su proceso de integración, desarrollo social y gobernabilidad.
Sobre el caso de Nicaragua, tengo el agrado de comunicarle que le tomo la palabra en cuanto a sus declaraciones, para que se pronuncie sobre el fraude electoral cometido en las elecciones municipales del año 2008, cometidas por el Consejo Supremo Electoral (CSE), mismas que favorecieron ilegítimamente al Partido Sandinista (FSLN) .
Arnoldo Alemán
Réplicas y milagros
Al leer este título en un diario local, noticias de lo sucedido en Puerto Príncipe, Haití, rápidamente me traslado a la resurrección de Lázaro “el humilde”, una vuelta a la vida después de haber conocido la muerte. Dice la sagrada escritura que Lázaro emergió de la tierra cuatro días después de permanecer en el sepulcro —o sea debajo de la tierra— y los milagros sucedidos en Haití han sido de ocho y hasta quince días después de ser sacudidos por la muerte.
Al ver salir a estas personas desde la profundidad de la tierra me parece ver a Jesús decirle a cada una de estas personas “¡Lázaro sal fuera!”, y salen aquellas personas que considerábamos muertas. Juan 11:1-43.
El solo ver estos hechos asombrosos es una muestra de la compasión de Dios por el pueblo haitiano, padeciendo dictaduras como la de François Duvalier, conocido como Papa Doc y después el hijo François Duvalier (Baby Doc), quien gobernó diecinueve años; después breves períodos de generales como las de Henri Namphy y Raoul Cédras, o la de los gobiernos corruptos como la del ex sacerdote Jean-Bertrand Aristide y la de René Préval, a quien en su segundo período ha visto como la tierra se convulsiona por tanto malos gobiernos.
Ante tanto sufrimiento del pueblo, Dios se compadece ante los haitianos y les muestra su amor con milagros asombrosos, llamados la resurrección de los humildes (Lázaro) quien en la Biblia se alimenta de las migajas que caen de la mesa del rico Epulón y hoy en Haití se alimentan con tortas de barro.
Para terminar quiero pedirle un favor a doña Inés Izquierdo: que me explique si es correcto que el periodista titulara en un diario local “réplicas y milagros”, cuando el concepto de la palabra réplica es otro.
Adrián Sevilla
25 años de paz y amistad
Hace tres décadas, en diciembre de 1978, Argentina y Chile estuvieron al borde de un conflicto armado. En la Navidad de 1978 el Papa Juan Pablo II se interpuso en la aventura militar ya en marcha y que, de desembocar en una guerra, hubiera costado la vida a miles de argentinos y chilenos en una disputa fratricida. Convocó entonces a su hombre de confianza, el cardenal Antonio Samoré, para que se trasladara a Santiago y Buenos Aires desplegando una misión cuyo objetivo fue frenar la escalada bélica. Logró su objetivo y el resultado de ese proceso fue el Tratado de Paz y Amistad, rubricado en el Vaticano el 29 de noviembre de 1984.
El Tratado inauguró una nueva etapa en la relación bilateral que superó ampliamente los objetivos que se persiguieron en ese entonces, para transformarse en un anhelo común de integración entre chilenos y argentinos, inédito en el ámbito sudamericano.
A 25 años de este Acuerdo las Presidentas de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de Chile, Michelle Bachelet aceptaron la invitación del Papa Benedicto XVI para celebrar un aniversario de tan importante acontecimiento. El compromiso de paz entre estas dos naciones se materializa hoy en un proceso creciente de integración y da testimonio al mundo del ejercicio democrático, a la vez que respetuoso del derecho internacional, subrayando las virtudes del diálogo como fuente de solución de controversias y de la mediación de buena fe.
Recientemente, ambas Jefas de Estado se reunieron en Chile y firmaron el Tratado de Maipú de Integración y Cooperación, en el mismo lugar en que José de San Martín y Bernardo O’Higgins se abrazaron al culminar exitosamente la batalla decisiva que selló la independencia de ambas naciones.
Con el retorno a la democracia, argentinos y chilenos supieron construir, con perseverancia y realismo, un vínculo que bien pudiera servir de modelo de relacionamiento a la región. Se generaron mecanismos de entendimiento para todos los temas de la agenda bilateral. Ambas diplomacias coordinan posiciones en foros regionales y multilaterales. Las Fuerzas Armadas han constituido el contingente de paz “Cruz del Sur” para intervenir en operaciones que persigan ese objetivo bajo el mandato de Naciones Unidas. Los vínculos económicos han multiplicado por diez el comercio bilateral y la inversión chilena en Argentina asciende ya a 16,000 millones de dólares. Los ministros de cada área tienen una agenda común e incluso hay reuniones bilaterales de los Gabinetes respectivos.
El Tratado firmado por ambas presidentas el pasado 30 de octubre en Maipú busca proyectar las enseñanzas de la relación bilateral en los últimos 25 años. Aborda dos iniciativas que transformarán la geografía económica de la región: el Ferrocarril Trasandino Central y el túnel de Agua Negra.
El nuevo abrazo de Maipú refleja una sensibilidad común legando la impronta de su género y su voluntad política, honrando el sueño de los Libertadores San Martín y O’Higgins y señalando el camino para construir una Gran Patria Latinoamericana.
Jorge T. Pereira y Natacha Molina García
Embajadores de Argentina y Chile en Nicaragua
Ver en la versión impresa las páginas: 10 A