NUEVA ORLEANS/ AP
Los aficionados todavía frenéticos por el tremendo triunfo de los Saints de Nueva Orleáns en el Super Bowl saludaron ayer a su equipo con la repetida exclamación, aunque ya ronca, de la expresión vernácula “Who Dat!” cuando regresó a su ciudad como campeón de la NFL.
Me hubiera gustado tener alguno, dijo. De nuevo estoy sin nada. Por cuarta vez me quedé sin nada.
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En un aeropuerto de la periferia, millares de seguidores formaron una valla de negro y oro, los colores de los Saints, para ovacionar a su equipo por la victoria del domingo sobre los Colts de Indianápolis por 31-17 en Miami.
“Los Saints mantuvieron viva la esperanza en esta ciudad de que están por llegar días mejores”, manifestó la funcionaria judicial Shannon Sims, de 45 años, mientras esperaba al equipo junto con otros aficionados que gritaban “¡Who Dat!”.
Esta frase es una versión local de “quién es ése” con un dejo de reproche para insinuar “¿quién se atreve?” a dudar de la entereza de la ciudad y, por supuesto, de su equipo.
La Saints culminaron con el Super Bowl una gran temporada cuatro años después de que el huracán Katrina inundó el 80% de la ciudad y destruyó miles de casas y negocios pequeños.
Sims insistió en que los Saints “fueron la fuerza que nos hizo seguir adelante”.
La ciudad despertó ronca y con resaca per feliz, preguntándose todavía si lo del Super Bowl de veras había ocurrido.
En el Barrio Francés, los más fiesteros —todavía con camiseta de los Saints y otras prendas con los colores de su equipo— que se pasaron toda la noche de juerga terminaron tomando café y panecillos cuando llegó el alba.
Richard Bourland afirmó que vino de la cercana ciudad de Gulfport en el estado de Misisipí con la esperanza de atestiguar un hecho histórico, y no fue decepcionado. De 57 años, Bourland dijo que por primera vez en al menos 15 años se pasó toda la noche celebrando.
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