Mi Punto de Vista
Tal como se desarrollan los acontecimientos en Nicaragua, todo parece indicar que estamos frente a dos derechas: una oportunista y tiránica (encabezada por el FSLN de Daniel Ortega), y otra torpe (dirigida por los liberales constitucionalistas en la oposición). Es increíble cómo los liberales vienen entregando el poder desde hace varios años a través del pacto libero-sandinista, a Ortega, quien se apartó de los principios del sandinismo y ha privatizado el FSLN.
Los liberales con tal de tener sus “cuotas de poder” en las distintas instituciones del Estado, con beneficiar a sus colaboradores y gozar de las mieles del Presupuesto General de la República, ceden hasta su propios derechos fundamentales. ¿Y así piensan recuperar el poder político para ayudar a la gente que margina el orteguismo? Esto sólo evidencia torpeza y una actitud prebendaria de los liberales, lo cual está causando mucho daño a todos los ciudadanos.
El colmo de las cosas que hacen los liberales se ve reflejado ahora con el hecho de que el FSLN, a través del Poder Ejecutivo, logró tener control del sistema de justicia penal nicaragüense, al convertirse en un operador del sistema judicial, mediante la firma del Acuerdo Nacional por la Seguridad Ciudadana y la Justicia Penal. El Gobierno (léase el Presidente de Nicaragua de naturaleza militar) “articulará” a la administración de justicia, ninguneando de esta forma la autonomía e independencia del Poder Judicial.
Pero lo más increíble es el criterio del diputado liberal José Pallais, quien no ve nada malo en la declaración de las nuevas políticas penales que queda en manos de un gobierno caracterizado por violar los derechos fundamentales de los nicaragüenses.
Para Pallais el Ejecutivo debe involucrarse en esas nuevas políticas de Estado, porque “¿quién maneja el presupuesto, quién asigna los recursos a cada Poder del Estado?”, se preguntó el parlamentario. Semejante cosa no pudo salir más que de alguien que refleja que debe prevalecer la prebenda y no una Política de Estado contra el crimen, consensuada y bajo el principio del respeto a la separación de los Poderes del Estado, para evitar que se utilice como arma contra adversarios.
Y no menos sorprendente es que el presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Manuel Martínez Sevilla, y el fiscal general de la República, doctor Julio Centeno Gómez, aparecen legitimando un documento cuyas consecuencias nefastas no tardaremos en ver. Es decepcionante ver que los liberales en la oposición están permitiendo la entronización de un partido único tiránico. Eso no es política.
Otra perla. El ex presidente Arnoldo Alemán oficializó, el pasado 25 de febrero, su candidatura a la Presidencia de la República en las elecciones del 2011, frente a más de 80 ex ministros y ex directores de entes gubernamentales del período 1997-2002, quienes sostuvieron una “reunión amistosa” en Granada, pero que también darán contribuciones para “elaborar la Plataforma de Gobierno del Partido Liberal”. El problemas es que ahí había políticos que no están dispuestos a ir más allá de simples pláticas y sin rigurosamente llegar a algo. El trabajo duro se lo dejan a otros y después ellos se sientan en las sillas de ministros o diputados.
Hasta donde conozco, los liberales ni siquiera tienen conformados equipos de trabajo técnico, político, económico, social, cultural, etc., para analizar el antes, durante y después del gobierno de Ortega. También, para analizar sus propias fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas como fuerza de oposición. Los liberales deberían también retomar elementos valiosos de la experiencia de los hechos políticos desde 1990 hasta la fecha. De lo contrario, no veo cómo piensan ganar las elecciones 2011.
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