Libertad de expresión
“La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír”.
George Orwell (1903-1950), escritor británico
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
A la libertad de expresión y pensamiento no se le puede estar recetando trompones, ni patadas de parte de nadie. Es un derecho que todos tenemos ganados a estar informados verazmente, gobernantes de los cuatro poderes de Estado, el pueblo y el mundo exterior.
El precepto constitucional establecido en el artículo 52 de nuestra Carta Magna arguye: “Los ciudadanos tienen derecho de hacer peticiones, denunciar anomalías y hacer críticas constructivas en forma individual o colectiva a los poderes del Estado o cualquier autoridad; de obtener una pronta resolución o respuesta y que se les comunique lo resuelto en los plazos que la ley establezca”.
Esto constituye la libertad clásica para poder expresarse cualquier ciudadano dentro del contexto de la educación. Y en los artículos 66, 67 y 68 de la misma Constitución, es donde se contempla acerca de la libertad de expresión y pensamiento en favor del pueblo, desarrollo de nació.
Por otra parte, el artículo 127 de la Constitución establece la creación artística y cultural y que gozan de plena libertad de expresión irrestricta y libre. Apegados a estos parámetros legales es imposible aplicar censura a los medios.
Los medio de comunicación deben tener su acta constitutiva que les acredita su legítima legalidad, además pagan sus impuestos al Estado. Los dueños deberían aislar de sus medios a los usuarios que emiten ofensas, calumnias, injurias, expresiones soeces, y etc., porque dañan la imagen de la libertad de expresión y pensamiento.
El usuario del medio es el responsable de sus expresiones vertidas, escritas o habladas, no es el medio de comunicación, ni los dueños.
Ni se les ocurra lanzarse contra la libertad de expresión y pensamiento. Dejen que al pueblo, al mundo, se les informe para que se formen su propio juicio.
El gobierno de Daniel Ortega y del FSLN, o de cualquier otro que esté de turno, saben que la época de dictadura ya pasó de moda, ahora es la época de la democracia. Por tanto, el gobernante no tiene la potestad de censurar a ningún medio, el Artículo 67 Cn. se lo prohíbe, y los artículos 443 y 444 Pn., (Código Penal) regulan las sanciones para los funcionarios públicos que incumplan con el sagrado derecho al acceso a la información pública. No abofeteen a la libertad de expresión y pensamiento, se merece respeto.
Bayardo Quinto Núñez
RECLAMO AL GOBIERNO CUBANO
Por la excarcelación inmediata e incondicional de todos los presos políticos en las cárceles cubanas; por el respeto al ejercicio, la promoción y la defensa de los derechos humanos en cualquier parte del mundo; por el decoro y el valor de Orlando Zapata Tamayo, injustamente encarcelado y brutalmente torturado en las prisiones castristas, muerto en huelga de hambre denunciando estos crímenes y la falta de derechos y democracia en su país; por el respeto a la vida de quienes corren el riesgo de morir como él para impedir que el gobierno de Fidel y Raúl Castro continúe eliminando físicamente a sus críticos y opositores pacíficos, condenándolos a penas de hasta 28 años de cárcel por “delitos” de opinión; por el respeto a la integridad física y moral de cada persona, firmamos esta carta y exhortamos a firmarla a todos los que han elegido defender su libertad y la libertad de los otros.
Este breve documento, titulado “Yo acuso al gobierno cubano”, ha sido firmado por destacados intelectuales del mundo como el escritor Mario Vargas Llosa y el cineasta Pedro Almodóvar, y sigue abierto a firma
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DEPRESIÓN DE LOS NIÑOS IN VITRO
El psiquiatra José Cabrera ha declarado que los niños in vitro cuando crecen “sufren una depresión permanente o al menos una tristeza generalizada por el modo de haber sido concebidos, ausente el acto de amor que sería propio”. Si ha intervenido el semen de un donante, “se les condena a la orfandad, se preguntan por sus raíces y si no habrán sido fabricados para cubrir una necesidad obsesiva”.
La industria de la reproducción asistida mueve millones de euros para imponer la pobreza emocional perpetua, cuando no malformaciones y secuelas a los niños así concebidos, por un deseo, erigido en derecho que mina el futuro de los menores. Un ejemplo es el de Katrina Clark, quien afirmaba haberse sentido “rara” al saberse persona-probeta: “Una sensación de vacío cayó sobre mí. Me di cuenta de que nunca tendría un padre”. Otro caso es el de Margaret Brown, que alegaba: “Soy una persona que nunca conocerá la mitad de su identidad”. Eliminar a Dios del acto supremo creador del que el hombre, desde su amor, es capaz, trae graves consecuencias en su progenie.
Isabel Planas
Valencia, España
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