14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

LA PRENSA/U.MOLINA

Promoviendo lo nuestro

De niña Belkys Castilblanco deseaba ser arquitecta, pero con el tiempo sus deseos se enrumbaron en la administración de empresas. Hace cuatro años se graduó de administración de empresas con mención en mercadeo de la UCA, y desde entonces salió a batallar por su propia empresa.

Por Auxiliadora Rosales

De niña Belkys Castilblanco deseaba ser arquitecta, pero con el tiempo sus deseos se enrumbaron en la administración de empresas. Hace cuatro años se graduó de administración de empresas con mención en mercadeo de la UCA, y desde entonces salió a batallar por su propia empresa.

Belkys junto a su madre y hermana crearon el restaurante El Garabato, una plataforma de promoción cultural en todos sus sentidos: gastronomía, artesanía y música en un ambiente que evoca las fincas cafetaleras del norte del país.

“Es nuestro proyecto familiar donde participa mi madre, mi hermana y yo bajo un concepto de promover lo nuestro”, dijo.

Belkys es la encargada de administrar El Garabato y su hermana está en la parte de publicidad. “Ambas creamos nuevos mecanismos de trabajo y de relaciones que nos deja la satisfacción de desarrollar nuestro proyecto familiar, pero que a la vez promovemos el turismo”.

Para ella estar en este puesto de trabajo ha sido una escuela que le ha enseñado mucho y que también le ha dejado reconocimientos y premios como el Premio a la Excelencia Turística 2008 de Canatur, por ser una pequeña empresa con responsabilidad social.

A pesar de la crisis esta mujer tiene a la vista inaugurar un segundo Garabato, pero esta vez será en Granada. “Lo inauguraremos en el segundo semestre del año y tendrá el mismo nombre y el mismo concepto”.

Para Belkys la clave del éxito de su empresa ha sido buscar siempre la solución a los problemas que se presentan sin perder la calma.

EL NOMBRE

El nombre de El Garabato fue algo que salió sin pensarlo mucho. “Estábamos reunidos en familia discutiendo sobre qué nombre le pondríamos, de repente mi papá dijo ‘pónganle cualquier garabato’ y a nosotras nos pareció bien ‘el garabato’ y nos gustó la palabra, sobre todo porque es un instrumento de gran utilidad para cortar el café, pero además es una escritura ligera. Por eso en una de nuestras paredes pusimos ¿Cuál es tu garabato? para todos los que nos visiten pongan su nombre”.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí