El ex campeón mundial de ajedrez y uno de los más grandes jugadores de todos los tiempos, Garry Kasparov, fue bien recibido por los aficionados de este deporte ayer en Managua, durante su visita a la Academia Julio Ramírez Arellano.
Desde muy temprano empezaron a llegar los fanáticos del ajedrez a las afueras de la academia, donde esperaron con mucha paciencia la llegada de Kasparov.
Kasparov, quien realiza una gira en apoyo de la campaña de Anatoly Karpov para la presidencia de FIDE, dijo que ya cuentan con el apoyo de Nicaragua y El Salvador.
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Con cámaras fotográficas y de vídeo, tableros de ajedrez y libros de Kasparov y de ajedrez, esperaron los fanáticos, que aliviaban su desesperación con conversaciones sobre el juego, el maestro que llegaría y hasta con unas partidas rápidas.
Finalmente el gran maestro llegó y al entrar a la academia lo primero que hizo fue ir a las verjas de la misma para saludar a aquéllos que estaban del otro lado, en un primer gran gesto.
Una vez dentro, Kasparov dio una conferencia de prensa junto con Richard Conn, candidato a vicepresidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) y Jean-Pierre Chamorro, presidente de la federación nica.
Kasparov, quien llegó a Nicaragua el sábado como parte de una gira de campaña en apoyo de la candidatura a la presidencia de la FIDE de Anatoly Karpov, quien fuera su más grande rival, habló sobre proyectos para el desarrollo del ajedrez y algunas de sus experiencias.
“He unido fuerzas con mi viejo enemigo en el ajedrez Anatoly Karpov y ahora estamos luchando juntos, para mejorar la situación del ajedrez a nivel mundial”, comentó Kasparov.
Kasparov dijo que el talento en el ajedrez está distribuido homogéneamente en el mundo, y lo que se debe hacer es encontrar ese talento a través de esfuerzo y planes concretos.
El ex campeón mundial aseguró que al ganar Karpov, Centroamérica será la primera región en recibir apoyo con entrenamientos, ya que ha sido la primera en tomar las iniciativas de la campaña de Karpov.
Después de responder a las preguntas de periodistas y hasta de algunos niños motivados por Conn, Kasparov autografió los libros y tableros de los aficionados que asistieron a la actividad.
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