Octavio Enríquez y Saúl Martínez
MANAGUA, CHINANDEGA
Tres compañías de vigilancia con socios vinculados a la Secretaría del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) fueron favorecidas por cuatro instituciones estatales con contratos que suman 2.72 millones de dólares en sólo diez meses y seis días, pactados entre junio del año pasado y abril de este año.
Las empresas de seguridad privada El Vigilante S.A., Servicios de Protección y Vigilancia S.A. (El Goliat) y la Empresa de Seguridad Interna S.A. (ESISA) fueron las tres favorecidas con esos millonarios contratos en la Alcaldía de Managua, la Empresa Nicaragüense de Energía (Enel), la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel) y la Presidencia de la República.
La conexión directa con la residencia presidencial se estableció luego de una revisión exhaustiva durante meses de contratos estatales, presupuestos de instituciones públicas, búsqueda en el Registro Mercantil en Managua y Chinandega, y decenas de entrevistas.
A simple vista no existe relación visible entre estas empresas, sin embargo El Vigilante y ESISA comparten un socio que no es cualquiera dentro del gremio. Leonel Espinoza Linarte es un antiguo jefe policial que trabaja directamente con el secretario de organización del FSLN, el ex Director de la Seguridad del Estado, Lenín Cerna Juárez, según fuentes cercanas a la sede de Gobierno (Ver infografía).
Espinoza Linarte nunca respondió ninguna interrogante, pese a que le hicimos llegar nuestras solicitudes por escrito.
La otra empresa beneficiada, El Goliat, tampoco quiso referirse al caso en concreto. Según nuestra investigación, a esta compañía se vincula directamente a José Mojica Mejía, un empleado de la pareja presidencial quien, además de dirigir la logística de los eventos del mandatario, sorprendió cuando apareció como uno de los socios nicaragüenses que formó Yota de Nicaragua S.A. el año pasado y que obtuvo una licencia del ente regulador de las telecomunicaciones, Telcor.
El Goliat es supuestamente una de las ocho sociedades anónimas en las que Mojica Mejía influye usando a terceras personas desde la sede de sus operaciones ubicada en residencial Altamira, en las oficinas centrales de Sistemas y Diseños Computarizados S.A. (Sydicom).
EL GOLIAT Y SUS CONTRATOS
Con la bendición presidencial, desde octubre del año pasado le han llovido millones en contrato a El Goliat.
El primero que despuntó fue el secretario de la comuna capitalina, Fidel Moreno Briones, quien sorprendió repartiendo 36 millones de córdobas (1 millón 743 mil 341.40 de dólares) del presupuesto de vigilancia entre esta empresa desconocida y El Vigilante S.A. del influyente Leonel Espinoza Linarte, quien ya tenía además un contrato desde la época del ex alcalde sandinista Dionisio Marenco.
Los vecinos de la sede central de El Goliat, ubicada en el Reparto Miraflores en Managua, señalan a Rafael Ortega Murillo directamente como “el patrón”, además de mencionar que llegan de vez en cuando a la sede de la compañía personajes vinculados con el FSLN.
Para el diputado liberal Maximino Rodríguez, presidente de la Comisión de Paz, Defensa, Gobernación y Derechos Humanos, no se trata de una casualidad, sino de un plan bien orquestado y repetitivo en todo el Estado en que se busca saquear sus recursos.
Es una cuestión usual en esta Administración donde aparentemente aparecen otras sociedades anónimas en los contratos, pero finalmente es un círculo, lo que hacen es hablarse, yo ofrezco tanto, y queda en el mismo grupo económico, es el modus operandi, explicó Rodríguez cuando se le consultó.
Rodríguez dijo que una de las cosas que indican que el sistema de contratación pública está mal es precisamente la falta de transparencia y la negativa de los funcionarios de cumplir con los procesos de licitación en el Estado.
De acuerdo con una consulta realizada por este medio a Relaciones Públicas de la Policía el año pasado, la Dirección de Seguridad Pública Nacional cada año registra la inscripción de 20 a 22 nuevas Empresas de Seguridad Privada, pero similar cantidad de Empresas reportan baja por diferentes razones, manteniéndose la cantidad de empresa desde hace cuatro años.
Actualmente, según los datos policiales, hay por lo menos 14 mil 49 guardas de seguridad trabajando en las distintas empresas de seguridad, superando en número a las fuerzas del orden público que rondan los 11 mil agentes.
De acuerdo con lo establecido en la ley, las empresas deben inscribirse en el Registro Público Mercantil con un capital inicial de 100 mil córdobas como mínimo.
Al frente de la Dirección de Seguridad Pública está el comisionado general Francisco Díaz Madriz, consuegro del presidente Ortega.
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De acuerdo con la documentación interna del proceso de licitación de Enatrel, Gosecsa demostró que el precio de El Goliat era más de un millón y medio de córdobas menos que la segunda y tercera oferta.
“No es compatible a los precios reales del mercado. Los guardias que se requieren, según los términos de referencia, es que al menos tengan primaria o tercer grado de secundaria aprobada, su licencia o certificado de la Dirección de Armas, Explosivos y Municiones (DAEM) y para el manejo de los objetivos deberán recibir capacitación periódica. Su salario promedio como base es 3 mil 200 córdobas, más prestaciones, dan un promedio de 4 mil 677 córdobas, sin considerar detalles de los medios y equipos logísticos ( )”, escribieron los representantes de (Gosecsa) que impugnó la licitación.
De acuerdo con el presupuesto presentado por El Goliat, sus competidores consideraron que “el precio presentado por la empresa de 5 mil 123.48 córdobas, ya sin el impuesto de valor agregado, le da un margen de diferencia de 446.48 córdobas para los demás rubros que no detallamos y eso da lugar a que se presuma el incumplimiento en las obligaciones contractuales por la insuficiencia de la retribución establecida”.
La cantidad de puestos contratados en el caso de El Goliat son 36 que, conforme con empresarios de vigilancia consultados, se cubren a razón de dos oficiales distribuidos en turnos.
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La versión de que la empresa es dirigida por Ortega Murillo es confirmada por dos guardas de seguridad de El Goliat entrevistados bajo condición de anonimato.
LA PRENSA recorrió la tarde del lunes seis puntos en la capital que son resguardados por esta compañía de vigilancia. En dos de los casos dijeron que no sabían quién era el dueño y dos más, de modo desconfiado, mandaron a buscar esas respuestas en las oficinas centrales al mando de Jairo Acevedo, gerente de operaciones.
COMO SECRETO DE ESTADO
En la Alcaldía de Managua el secreto es guardado con celo y ni siquiera el concejal conservador Luciano García, fuerte crítico de la Administración orteguista de Managua, ha podido acceder al acta constitutiva de El Goliat, cuyos datos registrales son escondidos también de modo oficial en las adjudicaciones.
“He pedido por lo menos tres veces la información sobre El Goliat a las autoridades (edilicias) y nunca me la han dado. Hemos dicho públicamente que transparenten los contratos. Es como que estemos hablando con una pared”, dice García en una reciente entrevista telefónica.
Según el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, El Goliat fue inscrito el 29 de noviembre de 2008, no está registrada en Managua y el último contrato que logró le llegó directamente de la Casa de Gobierno.
El 21 de abril pasado en La Gaceta número 73 se publicó la resolución presidencial número 007-04-2010. El secretario de la Casa de Gobierno, Salvador Vanegas Guido, otorgó un contrato para que le dieran protección a todos los edificios administrados por la institución presidencial.
El monto adjudicado a El Goliat no se reveló, pero fuentes de ese sector indicaron que puede rondar los 3.5 millones de córdobas (165 mil 468.98 dólares aproximadamente al cambio del día de la resolución), dinero que fue presupuestado desde el 25 de noviembre de 2009 cuando los diputados de la oposición se sobresaltaron porque la Presidencia propuso un aumento de un millón de córdobas en el renglón de vigilancia.
Igual ocurrió en la Alcaldía de Managua donde el presupuesto se incrementó en 11 millones de córdobas en comparación con el período anterior y donde casualmente el beneficiado resultó al final el mismo: esta empresa misteriosa y El Vigilante S.A.
Pese al grueso contrato, la mesa no acabó de servirse en el Estado. A El Goliat le faltaba también un trabajo en Enatrel, presidida por Salvador Mansell, quien autorizó en meses pasados que la telefónica ligada a Mojica Mejía usara la infraestructura del Estado para montar sus antenas.
Mansell adjudicó esta vez a El Goliat 5 millones 91 mil siete córdobas con 68 centavos más (250 mil 912 dólares con 15 centavos) para asegurar las instalaciones centrales de la institución en Managua.
La decisión oficial causó inconformidad entre el resto de empresas que participaron en la licitación, porque el precio se ubicó un millón 500 mil córdobas debajo de la segunda y tercera oferta, un precio considerado por ellos como “imposible”.
LA SUERTE DE EL VIGILANTE
La suerte de Espinoza Linarte también fue envidiable. Además de la municipalidad capitalina y Enel, en Enatrel beneficiaron a otra de sus empresas con un contrato por resguardar las instalaciones que tiene esa institución en las regiones del país.
Después de favorecer a El Goliat, la compañía estatal otorgó el otro contrato a la Empresa de Seguridad Interna S.A. (ESISA). Fue por un monto de seis millones 153 mil 903 córdobas (303 mil 297.33 dólares) y así resguardarían algunas sedes de los departamentos, en la región norte del país, el Caribe, occidente y oriente.
De acuerdo con los datos registrales encontrados en Chinandega, tres de los socios originales de ESISA traspasaron sus acciones a Leonel Espinoza Linarte desde 1998. Quizás eso explica la repentina aparición de esta compañía en la licitación celebrada en Managua en las oficinas de Enatrel.
Al final, ESISA se impuso ofreciendo un precio que se ubicó en 181 mil 537 córdobas, por debajo de la empresa que quedó en segundo lugar.
ESISA es representada por el capitán retirado de la Policía, Tomás García Alvarado, quien no respondió a nuestras preguntas, pese a una visita que hicimos hace dos semanas a las oficinas de ESISA, en la casa número 15 del reparto Montserrat, en las afueras de Chinandega.
SIN RESPUESTA A SOLICITUDES
Con Espinoza Linarte ocurrió lo mismo exactamente. Después de varios mensajes por teléfono, el pasado 11 de junio se le dejó una nota en su oficina que no daba lugar a dudas: “Queremos hablar con usted sobre los contratos en Enel, Alcaldía de Managua y Enatrel, desde la semana pasada lo venimos a buscar le dejamos mensaje con su asistente”.
Según su asistente, Leonel Espinoza Linarte no estaba en su oficina de la compañía El Vigilante S.A., en la Colonia Independencia de Managua, pero ella le había informado ya del interés de este Diario. Tampoco se le pudo ubicar en la casa número 84 de la Colonia de El Periodista adonde remiten sus datos de abogado, radicados en la Corte Suprema de Justicia. Únicamente, en la pequeña vivienda de la colonia se le pudo dejar un mensaje con un guarda de seguridad.
LA PRENSA telefoneó a las oficinas de la residencia del mandatario y un joven prometió buscar a Espinoza Linarte del que no había escuchado hablar y darle el mensaje si lo encontraba.
El jefe policial retirado pertenece a la extinta Seguridad del Estado y mantiene lazos fraternos con su antiguo jefe, Lenín Cerna Juárez.
En diciembre de 1974, Espinoza Linarte se encargó de resguardar la seguridad de la casa donde se entrenó el comando sandinista que se tomó la mansión del ministro de Somoza, José María Castillo, el primer golpe de muerte a la dinastía que terminó con la liberación de presos políticos, entre ellos el presidente Ortega, Cerna y Jacinto Suárez.
Tras la derrota electoral de 1990, según un conocido suyo, Espinoza Linarte se puso del lado de todos los oficiales que integraron la Seguridad del Estado como Vicente Chávez, Rafael Castillo y Juan José Úbeda, expertos en conspiración.
Una de sus últimas tareas partidarias fue en Chinandega. El periodista oficialista William Grigsby destacó “su trabajo” en los comicios del fraude electoral de 2008.
“Hay que felicitar a quienes dirigieron el trabajo, por ejemplo, a un grupo especial de trabajo en las elecciones, que se fue encargando por departamentos, yo sé que estaba Leonel Espinoza, por ejemplo, en Chinandega, ahí se ganaron 12 de 13 alcaldías”, escribió Grigsby satisfecho, el 13 de noviembre de 2008 en la Voz del Sandinismo.
Espinoza Linarte fue propuesto también por el Frente Sandinista para dirigir el Instituto de la Propiedad, en septiembre de 2005, cuando Ortega golpeó la mesa del presidente Enrique Bolaños. Las críticas no se hicieron esperar, pero el secretario del FSLN tendió su mano protectora: “En Nicaragua no podemos juzgar a un ciudadano por ser sandinista, por ser liberal, conservador, o por ser católico o evangélico, para que ocupe un cargo. Hay que calificarlo por lo que manda la ley”, dijo Ortega.
Cinco años después de la fallida creación del Instituto de la Propiedad, el círculo que rodea al ex jefe policial es impenetrable y el negocio descubierto con los contratos estatales no se pudo contrastar con su versión.
Un alto jefe policial, que lo conoció, comprende perfectamente por qué tanto silencio. “En un país con tantos intereses entre el Partido y el Estado, es natural que no hable. ‘El Conejo’ (como le llaman a Espinoza Linarte en el FSLN) tiene mucha capacidad para conspirar. Se sabe mover, tiene acercamientos con distintos sectores políticos. Su concepción del mundo es él. Es impulsivo. Disfruta codearse con el poder. Le llega lo que se publique sobre él en los medios, siempre le gustó estar bajo las sombras. Si se ve en el Diario, te va buscar algo. Cuidate”, advirtió.
Centinelas de un negocio presidencial
La empresa El Vigilante S.A. cuida también negocios de la familia presidencial como Radio Sandino, administrada por Rafael Ortega Murillo, comprobó LA PRENSA. Ese nexo da una idea de la cercanía de la familia presidencial con el ex jefe policial Leonel Espinoza Linarte.
Ver en la versión impresa las páginas: 1 A ,7 A