No sé usted, pero al menos a mí me cuesta creer que estamos condenados a seguir siendo tan discretos como lo hemos sido en los últimos tiempos en el deporte nacional.
Y sí, el dinero es importante. Se necesita y en buenas cantidades para materializar programas que nos saquen del hoyo. Pero de lo que más carecemos es de ideas, y sobre todo, de compromiso, lo que quizá permitiría un mejor aprovechamiento de los pocos recursos que se tiene.
La falta de ideas para aplicar transformaciones en los viciados métodos y sistemas de trabajo hasta ahora utilizados, va ligada a la falta de compromiso con el país, y por tanto, ya ni siquiera inquieta que se gaste el dinero en viajes que no dejan ningún beneficio al deporte en general.
Y como no hay ideas ni compromiso, tampoco hay visión, y mucho menos un plan. Así que la improvisación sigue reinando, mientras el tiempo pasa y los recursos se malgastan. Y se continúa poniendo “parches” a problemas de carácter estructural que en realidad necesitan un nuevo andamiaje.
Lo más grave es que buena parte de los dirigentes se hacen los desentendidos con el problema, y como la mayoría están aferrados a sus puestos, que les garantiza viajes y otros privilegios, no están interesados en someterse a una revisión que tenga como finalidad tomar decisiones que vayan en beneficio de los mejores intereses del deporte.
Lo que ha pasado con el beisbol no se debería hacer. Es decir, llevar un equipo que no entrenó completo un solo día. Y yo estoy claro que se pudo haber entrenado más y quizá no conseguir nada, pero en la medida en que se entrena, se reducen los imprevistos y resultados como ese ante Dominicana.
Ahora, Nicaragua podría volver con una medalla en el beisbol, porque este deporte es impredecible, pero eso no debe llevarnos a engaños. No andamos bien. No estamos trabajando bien. Hay que volver la mirada al beisbol menor y trabajar de forma seria con los chavalos, situándolos en las manos correctas.
Para mí debería trabajarse para forjar prospectos y que se les dé la oportunidad de firmar. Unos llegarán, otros estarán de vuelta, pero ésos que vienen, aprenden a jugar técnicamente y el beisbol en general mejorará. Pero no se puede seguir jugando a lo que salga. Se tiene que definir un objetivo.
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