KARACHI/AFP
Al menos 45 personas murieron y más de 90 resultaron heridas en Karachi (sur de Pakistán) entre la noche del lunes y la madrugada de ayer, en una ola de violencia provocada por el asesinato de Raiza Haider, del Movimiento Mutahida Qaumi (MQM), aliado del Partido del Pueblo Paquistaní (PPP) dentro de la coalición que dirige la provincia de Sind.
Haider fue acribillado el lunes por los disparos de dos hombres que circulaban en moto. El asesinato hizo cundir el pánico en esta ciudad de 16 millones de habitantes, considerada la “locomotora financiera” de Pakistán. Los comercios cerraron y las calles se vaciaron rápidamente, mientras que se escuchaban disparos en varios barrios.
Este acontecimiento tuvo lugar en momentos en que crecía la preocupación por el riesgo de brotes epidémicos en el noroeste de Pakistán, después de las peores inundaciones en 80 años que ya causaron más de 1.400 muertos y 3,2 millones de damnificados.
Oficiales de seguridad que solicitaron no ser identificados vincularon esta ola de violencia con la muerte del diputado Raza Haider. “La violencia parece ser resultado de la muerte del dirigente del MQM, pero cualquier otro grupo puede aprovechar la situación para desestabilizar al gobierno democrático y perturbar a la ciudad de Karachi”, afirmó un vocero del gobierno provincial, Jamil Sumro.
“Ahora la ciudad está tranquila, pero ya se ordenó a los guardias paramilitares que tiren a primera vista si se cruzan con infieles involucrados en violaciones de la ley y el orden”, añadió.
Tras el asesinato, el MQM convocó manifestaciones y el gobierno provincial cerró escuelas y liceos en Karachi y Hyderabad (174 kilómetros al este de la capital financiera paquistaní), donde también se incendiaron vehículos. La Policía arrestó a unos 12 sospechosos del asesinato de Haider, informó un jefe de policía que pidió el anonimato.
Las autoridades provinciales ya habían prohibido los actos políticos en Karachi para tratar de limitar los asesinatos políticos. Hay fuertes tensiones entre el MQM y el Partido Nacional Awami, que representan diferentes comunidades en Karachi y dividen a la ciudad.
Los dos partidos se acusan de cometer asesinatos y los analistas ven esto como una guerra por el poder en Karachi. El Gobierno no ha dado cifras exactas, pero la HRCP afirma que hubo al menos 260 asesinatos en Karachi en el primer semestre del año.
PIERDEN EN AFGANISTÁN
En otra parte, el presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, manifestó que la coalición internacional, de la que este país forma parte, está perdiendo la guerra contra los talibanes en Afganistán, y afirmó que el control de terreno de los rebeldes “progresa”. El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, reaccionó diciendo que no pensaba que el presidente estadounidense, Barack Obama, “estuviera de acuerdo con las conclusiones del presidente Zardari”.
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