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Arturo Ramo García

Cartas al director

LIBERTAD

“La libertad consiste en poder hacer lo que se debe hacer”.

Montesquieu (1689-1755), escritor y político francés.

PRENSA ACOSADA

Símbolo argentino es Clarín, el Diario más premiado del mundo, que se edita en centenares de miles de ejemplares, desde hace 65 años.

A este grupo, calificado como magnífico conglomerado de medios, el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández, que sigue con fidelidad las desacertadas acciones del mandatario venezolano Hugo Chávez, le canceló la proveedora de Internet.

A este último hecho se le ha identificado como ilegal y arbitrario, además como un nuevo paso en la brutal campaña oficialista de persecución, ataques y hostigamiento, en contra de la prensa independiente y pluralista. Los principales periódicos de esa nación coinciden en denunciar que son blancos de permanentes ofensivas, para desprestigiarles o desaparecerles.

Mientras la libertad de expresión está sufriendo serias arremetidas en la culta Argentina esta onda de lodo y odio se acrecienta en los países donde influye el socialismo del siglo XXI, inspirado en lo que practican los tiranos de Cuba.

Son tantas las aberraciones que, en este campo, se perpetran en Venezuela, que es imposible detallarlas en una columna periodística. En Nicaragua y Bolivia, la situación va por ese mismo rumbo de intolerancia e intentos de ejercer el absoluto control político en los medios, para manipular la información y las opiniones. En estos ámbitos, no se entiende que la subordinación incondicional a los gobernantes es indigna de la prensa y de los escritores que aman la libertad y la democracia.

En Ecuador, donde el presidente Rafael Correa demuestra antipatías para la prensa que no es gubernamental, los asambleístas tienen una responsabilidad que la historia sabrá sancionar o reconocer, si aprueban o no ciertas disposiciones del proyecto en trámite de la Ley Orgánica de Comunicación que, por su naturaleza, no debe ser mordaza.

En los principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se lee: “El asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, violan los derechos fundamentales de las personas y coartan severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación”.

¿Qué sucede cuando el propio Gobierno vulnera las garantías y derechos ciudadanos que, por disposiciones legales y responsabilidades éticas, está llamado a defender y no a quebrantar? Allí, el absolutismo reemplaza al imperio del Derecho y quienes emiten su pensamiento que no agrada a los déspotas son reducidos a prisión, se les persigue obstinadamente, se les ataca con los insultos más rastreros e inclusive se les desaparece.

En América Latina y el Caribe la libertad de prensa jamás debe eclipsarse.

Franklin Barriga López

EL PLURALISMO

En una sociedad pluralista con mucha variedad de inmigrantes y de razas diversas hay cierta confusión en palabras clave como pluralismo, relativismo, consenso, mayorías y pragmatismo. Para comprenderlas mejor merece la pena dedicarles una reflexión. Publicaré un artículo de cada una.

El pluralismo supone que los problemas y las cosas tienen facetas diversas, caras distintas y que hay diversas formas de pensar acerca de ellos. Para unos, un objeto puede ser cóncavo y para otros convexos.

El pluralismo es bueno y positivo y supone el reconocimiento de la libertad y responsabilidad humana en todo el rico ámbito de lo opinable. La diversidad de opiniones y de actuaciones en lo temporal opinable es una manifestación de respeto a la opción legítima de cada uno.

Se considera una aberración la clonación de seres humanos que se describe en la novela Un mundo feliz , del masón Aldous Huxley, en la que los hombres salidos del laboratorio todos son iguales, idénticos, sin personalidad, sin carácter propio, sin criterio y sin opiniones personales. Algo parecido es lo que se pretende con la asignatura Educación para la Ciudadanía impuesta en el sistema educativo.

En la convivencia sana entre los hombres han de existir puntos de vista y conductas diferentes que se apoyen sobre los valores comunes, que han de ser un fondo de garantías y de exigencias fundamentales de la naturaleza humana. De aquí que una libertad sin ningún fin, sin norma objetiva y sin responsabilidad es el libertinaje claramente rechazable. Tampoco son aceptables el escepticismo relativista y el pragmatismo de los que escribiremos en otra ocasión.

Aunque en una sociedad pluralista haya discrepancias importantes, mediante un diálogo cordial y constructivo es posible llegar a un consenso para organizar la convivencia. El poeta Salinas puso en boca del labriego castellano: “Todo lo sabemos entre todos”. Hay diferentes descripciones de las cosas y soluciones diversas a los problemas. Pero no hay una única descripción verdadera, sino que las diferentes opiniones presentan aspectos parciales, que incluso a veces pueden ser complementarios, aunque a primera vista pudieran parecer incompatibles. Aunque no todas las opiniones son igualmente verdaderas, si han sido formuladas seriamente, en todas ellas hay algo de lo que podemos aprender.

El premio Nobel de Literatura, Imre Kertész, en su Diario de la galera (Acantilado, Barcelona, 2004) señala que “una civilización que ha llegado a algo a pesar de todo se basa en que la verdad moral, científica y lógica se ha abierto paso en ella y se ha convertido en medida y al mismo tiempo en organizadora de la vida social”.

En una sociedad pluralista lo más importante es escuchar a quienes tienen opiniones diferentes de la nuestra. Ésa es la señal más clara de que amamos la libertad y defenderemos de verdad el pluralismo porque aprendemos de los demás.

Arturo Ramo García

EL CESARISMO

Ahora que nos encontramos a más de un mes del final de los juegos de futbol Sudáfrica 2010, esas vehemencias me trajeron a la memoria el siglo I de la Roma Imperial y sus coliseos con abundancias de gladiadores, quienes antes la muerte hacían sus característicos saludos “salve gran César, los que van a morir por ti te saludan”. Eso vino a mi memoria cuando vi cómo el equipo de Honduras era eliminado en la cancha, una muerte súbita del gladiador en el circo romano, de repente mientras miro el recreo deportivo escucho un anuncio en una emisora local “el pueblo presidente”, el anuncio rápidamente me pone en el sitio del joven romano Julio César y sus gladiadores, reflexionando rápidamente me bajo del sillón y lo reviso, resultando ser una silla de plástico.

Gracias a Dios que una vez en el suelo he vuelto a la realidad, no soy el teniente, el coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez, ni el comandante, ni el general, ni el emperador Julio César, ni el señor presidente de Miguel Ángel Asturias, mucho menos el pueblo presidente, estamos como dicen los hondureños de regreso a la realidad, pura y descarnada, la época del joven Julio César, una época de conspiraciones magistralmente edilicias, durante el siglo I de Roma, vaya que al emperador no le salió la chispa de los conjueces magistralmente.

Recuerdo las arengas de un dirigente nacional que decía: “hacía dónde queréis ir, de regreso al pasado o hacia el futuro” y se escogió de regreso al pasado, nos encontramos exactamente en el siglo I de Roma con sus coliseos llenos de gladiadores. Se dice que cuando César regresó a Roma a finales de julio del 46 del norte del África antes de Cristo, los grandes triunfos del monarca produjeron una serie de eventos y desfiles en donde el grito era “vamos por nuevas glorias”, algo muy parecido a la Nicaragua de hoy. Pónganle el oído a las nuevas victorias de El señor presidente de Miguel Ángel Asturias, la victoria total de las facciones militares dotó a César de un poder enorme y el senado se apresuró a legitimar su victoria nombrándolo dictador por tercera vez en la primavera del 46 antes de Cristo, por un plazo sin precedente de diez años.

Se dice que Julio César era un genio en muchos aspectos: era escritor, militar y obviamente un político, pero la magistral altura del sillón le provocó mareos que lo terminaron botando, claro ayudado por las conspiraciones de sus más cercanos colaboradores que también querían sentir los efectos del trono.

Adrián Sevilla

MALOS HÁBITOS

En la ciudad de Matagalpa hay mucha gente que parece que nunca se civilizó, pues todos los desperdicios de lo que comen lo tiran en la vía pública sin importarles el gran daño que le hacen a la salud de los demás y de ellos mismos, pues a mayor cantidad de basura en la calle mayores problemas de contaminación.

Cómo es posible que estas personas que tienen tanto tiempo de vivir en la ciudad, no hayan aprendido a convivir con sus semejantes con buenos hábitos, poniendo en práctica las normas de prevención de higiene y salud que tanto se publicitan en los diferentes medios de comunicación social.

Salvador Pérez González

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