Los huracanes Igor y Julia, en el océano Atlántico, permitieron que Nicaragua “gozara” de una pausa de las lluvias continuas que se establecieron desde el 20 de agosto sobre el territorio nacional.
Gracias a estos días en los que el sol brilló, el lago Xolotlán bajó su nivel en un centímetro, después de haberse elevado hasta en dos metros, y las comunidades de Tepalón recuperaron su acceso por tierra. Aun así, se reportó una nueva víctima mortal en Managua, la número 49.
Históricamente los huracanes traen las peores inundaciones a Nicaragua, sin embargo con Igor y Julia fue diferente, ya que ambos absorbieron la humedad del mar Caribe, con lo que provocaron una disminución de las precipitaciones.
Esto explica por qué llovió menos en los últimos diez días, después de una seguidilla de precipitaciones que provocó la muerte de más de 30 personas entre el 20 de agosto y el 8 de septiembre.
Según Martha Castillo, meteoróloga del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), la intensidad de Igor y Julia en el océano Atlántico prácticamente absorbió la humedad del mar Caribe, hasta lograr que las lluvias se redujeran en esta zona.
- Las maestras lamentaron que estudiantes y profesores, al igual que la población, deberían estar damnificados.
“Ante esta situación tan lamentable, les solicitamos a los diputados de la Asamblea Nacional que no aprueben el recorte en Educación, y que en vez de quitarnos en esta reforma al presupuesto nos asignen mayores recursos”, añadió la profesora Fuertes.
El Ejecutivo anunció la semana pasada un plan para reubicar a 750 familias damnificadas por las lluvias en la finca Santa Elena, en las afueras de Managua.
Sin embargo, todavía no se sabe cuáles serán con exactitud las familias y por cuánto tiempo estas deberán permanecer en los centros de albergue. No se pudo conocer estos detalles ayer por medio del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred).
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Ambos huracanes alcanzaron la categoría cuatro en la escala Shaffir-Simpson. “Esto ayudó a que ellos prácticamente succionaran la humedad en el mar Caribe, sin embargo estos sistemas se han alejado, por lo tanto es probable que en esta próxima semana tengamos indicios de precipitaciones un poco más generalizadas”, explicó Castillo.
UNA VÍCTIMA ADOLESCENTE
El general Mario Perezcassar, jefe de la Defensa Civil, comentó que los “días de sol y sólo lluvias ligeras, eso ha mejorado todo”.
Mejorar es que se mantuvo el número de albergues en 31, con un promedio de damnificados superior a los 3,000 diarios.
Perezcassar se refería a que durante la semana pasada el lago de Managua bajó su nivel en un centímetro, el lago artificial Las Canoas volvió a su nivel normal y se recuperó el acceso por Tipitapa, aunque con dificultades, a las comunidades de Tepalón, Granada.
Aun así, las lluvias provocaron este domingo una muerte más. Haydée Clarissa Hernández García, de 12 años de edad, jugaba con otras cuatro personas con el agua a los tobillos en un cauce del barrio Hilario Sánchez, al suroeste de Managua. De pronto el nivel del agua se elevó, arrastró a todos, pero la jovencita no sobrevivió.
Durante las semanas más fuertes Nicaragua estaba bajo la influencia de hasta tres sistemas lluviosos diferentes, sin embargo, en los últimos días las lluvias estaban siendo provocadas únicamente por ejes de vaguada.
Aunque la absorción de humedad de los ciclones es menos intensa, todavía hoy se espera que haya lluvias dispersas, entre ligeras y moderadas, producto de un eje de vaguada que se desplaza lentamente sobre el país desde el fin de semana.
Las precipitaciones se presentarán principalmente en las zonas Norte, Occidente y Central del país.
DAÑOS EN ESCUELAS
Además de la población damnificada, las lluvias comienzan a provocar daños en la débil infraestructura escolar del país, afirmaron dirigentes sindicales del sector educativo. Los pupitres y mesas son utilizados por los refugiados, provocando incomodidad a la hora de recibir las clases, denunciaron los docentes.
“Sabemos que las lluvias son fenómenos naturales que no tienen control, pero las escuelas no fueron construidas para ser albergues”, expresó la profesora Ena Fuertes, dirigente de la Unidad Sindical Magisterial.
Por su parte, la profesora Lesbia Rodríguez comentó que desde antes de las lluvias las estructuras de los edificios estaban deterioradas, pero ahora la situación se agrava aún más, ya que la población albergada ha provocado daños en los servicios higiénicos, los pupitres y demás mobiliario.
“No existe control de estos bienes del Estado, ya que nadie está encima de la población para decirles que no rayen las paredes, que abran con cuidado los grifos, que no dañen los lavamanos, las sillas, y todo esto daña la edificación”, afirmó Rodríguez.
Agregó que el Gobierno debe buscarle pronto una respuesta, ya que los estudiantes están recibiendo las clases debajo de los árboles o en algún toldo.
AÑO LECTIVO AFECTADO
La profesora Lesbia Rodríguez afirmó que la orientación del Ministerio de Educación es que las escuelas que están sirviendo de albergues continúen impartiendo las clases de manera normal, pese a que las condiciones no son las óptimas para la enseñanza.
“Sabemos que los maestros no quieren atrasar el calendario escolar, ya que eso significaría tener que trabajar hasta diciembre, que es el periodo de vacaciones. Es por eso que los estudiantes reciben las clases debajo de los árboles y en champas, y cuando empieza a llover se suspenden”, dijo la profesora Rodríguez.
Asimismo, señaló que, aunque las clases se pretendan impartir de manera normal, es difícil cumplir con el horario escolar si las aulas están siendo ocupadas por los damnificados.
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