14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

 La mayoría de las bibliotecas del país cuentan con estanterías cerradas a fin de evitar la pérdida de libros, allí los bibliotecarios son el alma de las mismas.

Bibliotecas el santuario de los libros

Fotos de LA PRENSA/ Guillermo Flores [doap_box title=”¿Y la biblioteca Luis Alfonso Velásquez? ” box_color=”#336699″ class=”aside-box”] Si es usted de los que se preguntaba dónde está ahora la primera biblioteca infantil de Nicaragua debe saber que la misma está funcionando en la parte baja del Instituto Nacional de Cultura, a un costado del Palacio Nacional […]

Fotos de LA PRENSA/ Guillermo Flores

[doap_box title=”¿Y la biblioteca Luis Alfonso Velásquez? ” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Si es usted de los que se preguntaba dónde está ahora la primera biblioteca infantil de Nicaragua debe saber que la misma está funcionando en la parte baja del Instituto Nacional de Cultura, a un costado del Palacio Nacional y que continúa con mucho esfuerzo realizando actividades para promover la lectura de los más pequeños de la casa.

El proyecto para el próximo año es que se construya una biblioteca infantil en el Parque Las Piedrecitas, pues la presencia del bibliobús durante los fines de semana en el lugar fue exitosa.

“El bibliobús por problemas mecánicos ha estado sin funcionar, pero comenzará a operar nuevamente en diciembre y esperamos con el apoyo de la Alcaldía dotar a los niños de una biblioteca nuevamente, para que aprendan a amar los libros”, señaló Zavala.

[/doap_box][doap_box title=”Ley de depósito en espera ” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

La Ley de Depósito Legal que manda a los autores a proporcionar tres copias de cualquier ejemplar publicado en el país está vetada, razón por la cual tanto la Biblioteca Nacional como la Biblioteca del Banco Central sólo han recibido ejemplares de libros de aquellos autores que voluntariamente han querido compartir con el patrimonio de la nación.

“Son pocos muy pocos los que traen las publicaciones, la ley fue vetada por una serie de inconsistencias, pero nos encontramos trabajando en función de que en el año 2011 entre nuevamente en vigencia”, destacó la licenciada Zavala.

[/doap_box][doap_box title=”Sabía que: ” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Los documentos más antiguos en la Biblioteca Nacional son un diario oficial La Gaceta de 1854 y el libro Emelina, obra de Rubén Darío publicada en 1887.

Rubén Darío y Carlos Fonseca Amador fueron bibliotecarios.
Que el demonio de la biblioteca y dolor de cabeza de los bibliotecarios en el mundo es la polilla conocida como piojo de libro, pececillo de plata.

Que en la UNAN Managua no hay descarte de libros y que existen cuatro galerías de libros que no han sido tocadas por ningún estudiante en alrededor de 15 años.

La Biblioteca Nacional cuenta con 50 mil 700 títulos, 8 mil en la sala de referencia, 4 mil en la Sala Dariana, 20 mil en Literatura Extranjera y 18 mil 700 volúmenes en el Fondo Nacional.

[/doap_box]


Hay un olor particular a papel, las personas en silencio pasan las páginas de los libros y de vez en cuando una risita entrecortada rompe el orden que impone un cartel colocado en la entrada, en el cual se lee: “Shhhhhhhht guarde silencio, ésta es una biblioteca”.

En el país hay 142 bibliotecas municipales que forman parte de la Red Nacional de Bibliotecas de Nicaragua. De éstas 10 se encuentran en Managua y el resto en diversos municipios del país.

La mayoría de ellas son espacios reducidos de 16 metros cuadrados, aunque hay otras que compiten como las mejores como la de Boaco y Masatepe, destaca la licenciada Nora Zavala, directora de la Biblioteca Nacional Rubén Darío ubicada en el Palacio Nacional, en cuya Sala Dariana se pueden observar pocos visitantes esta mañana de miércoles: una pareja de estudiantes que prepara su tesis de bachillerato y algunos extranjeros.

Las visitas se incrementan durante los fines de semana, asegura la licenciada Zavala, sobre todo cuando hay actividades de promoción de lectura como cuenta cuentos, títeres, entre otras, que iniciaron en todo el país en el año 2005 y cuyo plan quinquenal concluye este año.

“Es difícil competir con el internet, por ahora tenemos a nuestro favor que no hay un acceso grande, pero aún de esta forma los bibliotecarios pueden compartir enlaces con otras bibliotecas para que puedan hacer

 Atraer a usuarios más jóvenes fue el objetivo del plan quinquenal de lectura iniciado en el año 2005, gracias a dicho plan no hay una sola biblioteca donde no se cuente con un club de lectura.

búsquedas en línea en estos sitios, también los estudiantes y personas que nos visitan tienen en las bibliotecas el valor agregado que somos los bibliotecarios, para orientarles y apoyarles en sus búsquedas, en un solo lugar”, señaló Zavala.

Las actividades en las bibliotecas para promocionar la lectura no son dirigidas únicamente a niños y jóvenes sino también a amas de casa y abuelos por medio de cursos de manualidades como elaboración de piñatas y hasta cursos y torneos de ajedrez.

“Todas las actividades se organizan como clubes de lectura, entonces cada día por ejemplo en Niquinohomo, que es una de las bibliotecas más nuevas que tenemos, se reúnen amas de casa a aprender a hacer piñatas, ellas seleccionan una lectura para la semana y se van rotando en la lectura, leen el libro por capítulos y se hacen conversatorios interesantes, hay bibliotecas que tienen hasta 30 clubes de lectura y no hay una sola en el país que no posea al menos uno”, afirmó Zavala.

Sin embargo la limitante para las bibliotecas es el escaso presupuesto para mantenerse, pues de acuerdo a la Ley de Municipios (Ley 40) son los gobiernos locales quienes deben proveer los presupuestos para dotación de libros, pago de personal, así como mantenimiento de las instalaciones.

En la actualidad el Instituto Nicaragüense de Cultura (INC) se hace cargo del pago de alrededor de 40 bibliotecarios, los otros son asumidos por las municipalidades.

  La Prensa/Guillermo Flores
 

“Estamos aún en la lucha de convencer a los alcaldes que la biblioteca no es un costo sino que es una inversión social que no genera ingresos tangibles pero sí proporciona cambios en la sociedad, los nicaragüenses leemos, y leemos más si hay alguien que nos guía sobre qué leer, no generamos ingresos pero somos una inversión”, destacó Zavala.

Pero no sólo las bibliotecas que integran la Red tienen el inconveniente del presupuesto sino las 48 bibliotecas universitarias del país, donde los estudiantes realizan sus consultas ya no en inmensos ficheros sino a través de redes y computadoras.

En todas las bibliotecas también existe la necesidad de que se integre mayor cantidad de bibliotecarios, cuya carrera dejó de servirse en 1994 en el país y a partir del 2008 comenzó a brindarse en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), en modalidad sabatina.

Para muchos, como Nora Alicia Reyes, bibliotecaria desde hace 22 años y con 44 de edad, el trabajo en estos lugares se hace más por amor a los libros y el deseo de ayudar a otros que por el salario.

“Algunos licenciados bibliotecarios son empleados en otras áreas y los que estamos en la actualidad sacando la carrera hemos trabajado como bibliotecarios por vocación y esperamos continuar mejorando para que los usuarios aprovechen y manoseen los libros que están a nuestro cargo, ésa es la mayor satisfacción saber que un libro fue usado, buscado y leído”, aseguró Reyes quien es la mejor alumna de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNAN y tiene la beca Excelencia Académica por su promedio de 92.

Por su parte, la licenciada Elena Dávila, coordinadora de la carrera de Gestión de la Información de la UNAN, señala que el gran reto en la actualidad es que las instituciones hagan conciencia de la importancia de capacitar a su personal, sobre todo con la vigencia de la ley de Acceso a la Información Pública que manda la apertura de oficinas en todas las instancias del Estado.

“Todas las instituciones generan información y es allí donde se impone el reto de tener personal capacitado en seleccionarla, guardarla aún cuando está en línea y proporcionarla, de otra forma toda la información que generan las instituciones terminará estando sin uso y debemos recordar que todo lo que hacemos es la memoria histórica de nuestro país”, manifestó Dávila.

Las bibliotecarias consultadas consideran que las visitas a las bibliotecas se incrementarían si todas las bibliotecas contaran con áreas que permitieran a los usuarios acceder a otras bibliotecas o buscar información guiada en Internet pues la única biblioteca que ofrece ese servicio es la del Banco Central. b

Nacionales biblioteca Luis Alfonso Velásquez archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí