Después de probar que no le temblaba el pulso a pesar de ser un novato en 1972 (tuvo 2-1 y 1.14), Porfirio Altamirano saltó al estrellato en 1974.
Ya con el beisbol dividido, el “Guajiro” tuvo la oportunidad de lanzar en las dos ligas el mismo año y acumuló cifras globales de 22-12 y 1.62 en 295 entradas, con 233 ponches y sólo 53 bases.
Ese año, Porfirio inició con el Bóer, de la Liga Roberto Clemente, y coleccionó 15 victorias. Luego se unió al Estelí del circuito Esperanza y Reconstrucción, y agregó siete éxitos a su registro, para un estupendo desempeño.
“Fue el primer ganador de 20 juegos en nuestro beisbol y su marca de 233 ponches es lo máximo en la historia”, ha escrito Tito Rondón, aunque para ello actuó en dos temporadas diferentes, pero ambas en un mismo año.
Altamirano permaneció en el Estelí los siguientes cuatro años y coleccionó 75 victorias (a un promedio de 18.75 por temporada), y además, lideró esos torneos en ponches. Y hasta en jonrones conectados, como lo hizo en 1977, con 18 trancazos.
Y como si eso no bastara para alcanzar la grandeza, el “Guajiro” le ganó a Cuba 5-0 en el Mundial de Colombia en 1976, y a Estados Unidos 4-0, en 1977. Y alcanzó las Mayores en 1982, con los Filis de Filadelfia.
Pero antes, tuvo un exitoso paso por las Ligas Menores, y en el beisbol profesional de Venezuela fue líder en victorias con nueve en 1981, y en 1984 estableció récord de juegos salvados con 20, marca que perduró 14 años.
Cuando Porfirio se unió a las Águilas de Zulia, la marca de rescates en Venezuela eran los 13 de Roberto Muñoz, de Aragua, en 1972. Altamirano la empató en 1982 y la rompió en 1984, año en el que Zulia ganó la liga local, y hasta la Serie del Caribe.
Su registro fue roto en 1998 por el panameño Santos Hernández, de Pastora de los Llanos, con 21 salvados, pero las huellas de Porfirio en Venezuela perduran, igual que aquí, donde además hemos conocido el extraordinario ser humano que es.
Porfirio es ejemplo de superación, voluntad firme y espíritu luchador. Una persona humilde y accesible.
Por eso y más, la Asociación de Cronistas Deportivos de Nicaragua dedica a él su vigésima ceremonia de premiación el 5 de febrero.
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