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 La barra brava del Bóer se ha hecho sentir en la final, que su equipo se disputa con los Tigres. LA PRENSA/GERMÁN MIRANDA

Son dos mundos

El juego es el mismo, las armas de los jugadores también, pero en las graderías hay ciertos factores que hacen la diferencia de estar sentados en las tribunas del estadio Efraín Tijerino Mazariego, de Chinandega, o el Estadio Nacional Denis Martínez, de Managua.

El juego es el mismo, las armas de los jugadores también, pero en las graderías hay ciertos factores que hacen la diferencia de estar sentados en las tribunas del estadio Efraín Tijerino Mazariego, de Chinandega, o el Estadio Nacional Denis Martínez, de Managua.

La serie final de la Liga Nicaragüense de Beisbol Profesional (LNBP), entre Tigres y Bóer, presenta dos panoramas, no en el terreno de juego, sino en las graderías, donde los aficionados de estos conjuntos se han reunido para ser parte de estos duelos.

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  • Algo en lo que sí se puede decir que superan los fanáticos chinandeganos a los managuas —al menos por lo visto en los duelos tres y cuatro— es en su comportamiento.
En el juego tres, realizado en Chinandega, no se registraron trifulcas entre aficionados.

Mientras, en Managua, en el juego cuatro, a lo largo del partido se registraron enfrentamientos y entre los mismos capitalinos, muchos de estos por el elevado estado de ebriedad de los aficionados.

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La diferencia en la demografía de estas ciudades, la capacidad de los estadios y demás características no permiten hacer una comparación efectiva sobre en cuál de estas ciudades es más fuerte el fanatismo, pero al menos se puede dar un pequeño recorrido y notar esos detalles que los hace especiales.

Aunque las razones no son claras, los aficionados chinandeganos en su mayoría empezaban su arribo con bastante anticipación al estadio, quizás ayude el hecho de que las entradas estaban a la venta un día —incluso más— del juego.

El martes, cuando se jugó el tercer juego de la serie, a las 5:00 p.m. las filas eran cortas y en las calles no se miraba una gran cantidad de aficionados, pero la razón era que adentro ya había un lleno casi total.

En Managua, aunque una buena cantidad de aficionados llegó desde las 3:00 p.m., especialmente para comprar los boletos, fue unos 30 minutos antes del juego cuando se logró ver una inmensa cantidad de personas entrando.

Para esta final los aficionados de Managua tenían diferentes opciones para animarse en el intermedio entre entradas y poco antes del juego, como las ahora populares bandas musicales conocidas como batucadas, las que se colocan sobre los dogouts, además de un sonido que no es el oficial que se utiliza para anunciar a los bateadores, sino que está ahí para sonar la música que envuelve en un ambiente festivo a los fanáticos.

Las batucadas no estuvieron presentes en Chinandega, pero desde una hora antes de iniciar el juego ya había bandas filarmónicas en el estadio, y la fiesta de los fanáticos inició con ellas, con cantos en referencia al equipo e incesante bailar. ¡Qué energía la de los chinandeganos!

En Chinandega la venta de naranja es un distintivo de los demás parques de pelota, mientras que las apuestas (quiniela) son constantes en el Denis Martínez, aunque ya empiezan a escucharse voces en su contra.

Ambas fanaticadas tienen sus cantos de batalla y porras, además, en Chinandega se puso de moda la utilización de unos sombreros altos, con franjas rojas y azules, que en el centro tienen un emblemático tigre.

Deportes barra brava Bóer LNBP Tigres archivo

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