TRÍPOLI/ AFP y EFE
Primero se escucharon tiros en el cielo de Trípoli, luego la televisión anunció las ciudades “liberadas” por el ejército de Muamar Gadafi y al final manifestantes celebraron la supuesta victoria del régimen. Una operación de propaganda que buscaba desestabilizar a la oposición.
Los insurgentes, que tomaron el control del este del país, se despertaban tranquilamente en Bengasi, Ajdabiya y Ras Lanuf mientras que la capital amanecía con el sonido de disparos de Kalashnikov y de armamento pesado.
Al cabo de una media hora, la cadena de televisión Al Libya, muy cercana a Seif al Islam, uno de los hijos del coronel Gadafi, desplegó una serie de anuncios: el ejército marcha hacia Bengasi; Tobruk, Misrata y Ras Lanuf recuperadas de las manos de “bandas terroristas”.
Sin embargo, periodistas de la AFP en Ras Lanuf, así como gente contactada en Tobruk, afirmaron que todo estaba en calma en esas localidades.
La televisión mostró también imágenes de “manifestaciones de alegría” en Sirte, la ciudad natal de Gadafi y en Sebha (sur), dos ciudades que hasta ahora los rebeldes nunca dijeron haber ocupado.
- Las Naciones Unidas pidieron este domingo un acceso urgente a la ciudad libia de Misrata, 150 kilómetros al este de Trípoli, para ayudar a las víctimas heridas y moribundas de los bombardeos de las fuerzas leales al líder Muamar Gadafi.
La gente está herida y muriendo y necesitan ayuda inmediata. Llamo a las autoridades a permitir el acceso (a las víctimas) para que los trabajadores humanitarios puedan salvar vidas, señaló Amos, quien actualmente está en la frontera entre Túnez y Libia, donde se registra una afluencia masiva de refugiados.
La Luna Roja en Bengasi informó que Misrata fue atacado por fuerzas gubernamentales y que la Luna Roja libia intentó enviar ambulancias desde Trípoli para recuperar a los muertos y heridos, según un comunicado de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA).
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DISPAROS AL AIRE Y CANTOS DE AMOR AL TIRANO
En medio del alboroto de la capital, los tiros redoblaron, provocando que miles de libios, hombres, mujeres y niños, se reunieran en la plaza Verde para cantar, al ritmo de los tiros de metralleta, su amor por el líder libio. Estas escenas fueron inmediatamente transmitidas por la televisión libia.
En la plaza se distribuyeron gorras con la imagen de Gadafi, así como banderas verdes, el color del islam y del régimen. La policía y el ejército se unieron al regocijo de la muchedumbre, disparando sus armas hacia el cielo de Trípoli.
En la capital procesiones de automóviles desfilaban sobre las grandes avenidas, tocando el claxon y gritando “¡Alá, Muamar, Libia y ya está!”.
NO SABEN QUÉ GANARON
“Los hemos echado, nosotros ganamos”, dijo Mohamed, manejando su auto. Pero cuando se le preguntó sobre las batallas ganadas por el ejército de Gadafi respondió: “No sé en dónde ganamos, pero ganamos”.
Todo el mundo en la plaza Verde afirmó haber venido de manera espontánea para celebrar “este gran día”. “En Libia todo el mundo tiene una Kalash nikov, y cuando estamos contentos disparamos”, dice Imed con su arma en las manos, antes de disparar otra salva y lanzar una carcajada.
REBELDES RECHAZAN VERSIONES OFICIALISTAS
Pero los rebeldes, que desde el 15 de febrero se alzaron contra Gadafi, negaron de inmediato validez a esos informes.
En Ras Lanuf periodistas de la AFP comprobaron además que esa ciudad seguía en manos de los insurrectos que la habían tomado el sábado, aunque ayer por la mañana la aviación de Gadafi llevó a cabo dos ataques. Los bombardeos no dejaron víctimas, aunque provocaron movimientos de pánico en la población, que corría por las calles en busca de refugio.
En cambio, los intensos combates obligaron a los insurgentes a retirarse de Bin Jawad, a unos 30 kilómetros de Ras Lanuf, desde donde habían esperado avanzar hasta Sirte, que se halla unos 160 kilómetros más hacia el oeste. Según fuentes médicas esos combates dejaron al menos dos muertos y 30 heridos, entre ellos un periodista francés.
En Al Zauiya, sitiada desde hace cuatro días por las tropas de Gadafi, continuaron ayer los enfrentamientos, aunque las comunicaciones con los residentes se vieron dificultadas tras el implacable castigo artillero y el cerco a la población, cuyo suministro eléctrico fue cortado al igual que la telefonía móvil.
Aunque los escasos residentes contactados hoy por los canales árabes aseguraron que los milicianos mantienen sus posiciones pese al numeroso número de bajas.
Pero los insurgentes desmintieron en cambio que las fuerzas de Gadafi hubiesen retomado Tobruk, cerca de la frontera con Egipto.
En Misrata (150 kilómetros al este de la capital, tercera ciudad del país) los tanques de Gadafi bombardeaban la ciudad, indicaron residentes, pero la localidad seguía bajo el control de los rebeldes.
BRITÁNICOS NO LOGRARON DIALOGAR CON OPOSITORES
Por otra parte, la dirección rebelde libia rechazó ayer cualquier diálogo con una misión británica que llegó a Tobruk, en la zona bajo su control, y que tuvo que abandonar Libia, al considerar que había entrado “de manera ilegal”.
“Damos la bienvenida a cualquier delegación británica, pero tiene que ser de manera oficial”, dijo un portavoz rebelde, Abdelhafiz Ghoga, en una rueda de prensa que ofreció en la ciudad de Bengasi, en el oriente del país.
En Londres se dijo que esa misión, de la que formaba parte un diplomático, intentaba contactar con el Consejo Nacional libio creado para representar a la zona de Libia que ha caído en manos de los rebeldes.
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