VARIAS CAPITALES/AGENCIAS
Saadi Gadafi, hijo del dictador libio Muamar Gadafi, echó ayer la culpa a su hermano Seif al Islam por no haber cumplido las recomendaciones de su padre para evitar algunas de las razones que impulsaron la actual rebelión.
En una entrevista con el canal emiratí Al Arabiya, Saadi Gadafi dijo además que si su padre es reemplazado, Libia se arriesga a una guerra civil porque nadie podrá controlar al país.
Saadi Gadafi es uno de los siete hijos varones de Gadafi. Jugó como profesional de futbol en Italia, es ingeniero y ahora se dedica a los negocios.
En la entrevista, Saadi Gadafi dijo que Seif al Islam, que figuraba como posible heredero de su padre, se había encargado junto con el Gobierno de aplicar medidas para luchar contra el incremento de los precios en los productos básicos.
“El líder decía diariamente (a Seif al Islam y a los ministros) que facilitaran las cosas y elaboraran el presupuesto, pero hay cosas que no se hicieron”, agregó.
El hijo de Gadafi señaló a Al Arabiya que la situación en Libia “es muy peligrosa” porque “las tribus están bien armadas” y tanto el Ejército como la rebelión del oriente del país cuentan también con armamento.
“El líder debe desempeñar un gran papel para calmar a Libia y convencer a la gente que se una”, agregó.
“Si algo le pasa al líder, ¿quién se quedará al control? Podría comenzar una guerra civil”, añadió Saadi Gadafi.
Mientras tanto, las fuerzas leales a Gadafi lanzaron varias incursiones ayer en Ras Lanuf, puesto de vanguardia de la rebelión en el este.
- La OTAN ha decidido ampliar a las 24 horas del día los vuelos de vigilancia AWACS de alerta temprana y de control sobre Libia, mientras debate si se debe imponer una zona de exclusión aérea, informó ayer el embajador de EE. UU. ante la Alianza.
De esta manera la comunidad internacional puede hacerse una idea más clara de lo que está ocurriendo realmente en Libia y los ataques que lanzan las fuerzas leales a Muamar Gadafi contra los rebeldes, explicó el embajador.
Según Daalder, la actividad aérea de las fuerzas de Gadafi se ha reducido en comparación con la semana pasada.
Mientras, se está debatiendo si imponer o no una zona de exclusión aérea, aunque Daalder consideró que tendría un efecto limitado para los helicópteros libios que vuelan a poca altura.
El embajador estadounidense dijo que probablemente habrá más claridad en torno a esta posible medida a partir del jueves, cuando se reúnen los ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas.
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En tanto la comunidad internacional buscaba la forma de frenar la escalada de violencia.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) nombró al ex ministro jordano de Relaciones Exteriores, Abdelilá al Jatib, al frente de una misión que deberá entablar “consultas urgentes” con las autoridades libias y hacer una “evaluación” de la situación humanitaria.
ZONA DE EXCLUSIÓN AÉREA
Una fuente en la sede de Naciones Unidas en Nueva York afirmó por otra parte que Francia y Gran Bretaña trabajan en un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad para imponer una zona de exclusión aérea en Libia, que será presentado “bastante rápido”.
Más aislado que nunca en la escena internacional, el coronel Gadafi acusó a Francia de “injerencia” en los asuntos internos libios por su apoyo aportado por París al Consejo Nacional creado por la oposición en Bengasi, segunda ciudad del país, para preparar la transición.
Y su canciller acusó a Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia de “conspirar” contra Libia para dividirla.
LOS BOMBARDEOS
Mientras tanto, sobre el terreno la violencia continúa. Tres incursiones aéreas fueron lanzadas contra el puerto petrolero estratégico de Ras Lanuf, donde los insurgentes respondieron con artillería antiaérea, según un periodista de la AFP.
Los habitantes de Ras Lanuf huyeron a primeras horas del día, por temor de que su ciudad se convirtiera en teatro de enfrentamientos como los que la víspera se produjeron en Bin Jawad, unas decenas de kilómetros al oeste.
En Misrata (tercera urbe del país, entre Trípoli y Sirte), los tanques de Gadafi bombardeaban la ciudad, indicaron el domingo residentes, que advirtieron del riesgo de una “carnicería” sin una intervención de la comunidad internacional.
21 MUERTOS Y 91 HERIDOS
La represión en Misrata dejó al menos 21 muertos, “en su inmensa mayoría civiles”, y 91 heridos, nueve de ellos graves, informaron fuentes médicas. La ONU solicitó un “acceso urgente” a Misrata para atender a las víctimas “heridas y moribundas”.
En Washington, la presión aumentaba en torno al presidente Barack Obama para que aporte una ayuda militar a los insurgentes y neutralice la aviación libia, o bien para crear una zona de exclusión aérea o destruir las pistas de los aeropuertos.
“Quiero enviar un mensaje muy claro a los colaboradores del coronel Gadafi. Son ellos los que deben elegir como actuarán en el futuro. Tendrán que rendir cuentas por cualquier acto de violencia que ocurra”, afirmó Obama.
Según una fuente diplomática en Nueva York, “los franceses y los británicos están trabajando en un texto que será sometido bastante rápido por los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU”. “Hay un sentimiento de urgencia. No podemos dejar que la población sea aplastada sin hacer nada”, agregó.
La cancillería francesa había asegurado previamente que la Liga Árabe respaldaría una medida de ese tipo. También las monarquías árabes del Golfo se manifestaron a favor de la creación de dicha zona de exclusión aérea.
Fuentes diplomáticas de la Unión Europea (UE) indicaron que Europa preparaba nuevas sanciones financieras contra Libia, especialmente contra la Autoridad Libia de Inversiones (LIA), un fondo soberano que gestiona los ingresos petroleros y posee participaciones en numerosas empresas europeas.
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