Apenas un día después que el nandaimeño Everth Cabrera había sido informado que se quedaría en las Grandes Ligas, los Padres de San Diego lo enviaron ayer a las Ligas Menores, ante el aterrizaje del venezolano jugador de cuadro Alberto González.
Everth Cabrera no comienza en las Mayores por primera vez desde que debutó con los Padres en el 2009.
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San Diego adquirió en un canje a González, quien puede jugar el campo corto, la segunda base y el tercer costal, permitiéndole a los Padres enviar a Cabrera a Triple A para que juegue todos los días y mejore su ofensiva.
El domingo, el mánager de los Padres, Bud Black, le dijo personalmente a Cabrera que estaba dentro del equipo, lo que se suponía era un hecho, sobre todo en este deporte profesional y este nivel, en donde la palabra tiene mucho peso.
Nadie duda que Cabrera está en la capacidad de hacer el mismo trabajo o mejor que González, incluso tiene más herramientas que el venezolano, quien en cuatro años en las Mayores solamente lleva un robo de base y sus cifras de bateo son pobres.
Sin embargo, los Padres necesitan que Cabrera tome de tres a cuatro turnos al bate todos los días y eso solo será posible en las Menores.
González tiene un historial pobre como bateador, pero en este spring training se estaba luciendo con promedio de .377 en 53 turnos con los Nacionales de Washington, los que a cambio recibieron al lanzador de las Ligas Menores, Erick Davis.
Cabrera se despidió ayer con un hit en un turno, que dejó su promedio en .237, por 14 cohetes en 59 viajes al plato, con par de dobles, un triple, seis anotadas, cinco empujadas y cuatro robos.
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