LIMA/AFP
El izquierdista Ollanta Humala, favorito para pasar a una segunda vuelta en la elección del domingo en Perú, es acusado de ser apoyado por el gobierno de Brasil, mientras la candidata Keiko Fujimori afrontó ayer el aniversario del autogolpe de Estado que perpetró su padre en 1992.
La acusación contra Humala surge de los asesores de imagen brasileños, Luis Favre y Valdemar Garreta, que apoyan al candidato en su campaña hacia la elección presidencial del domingo. También son miembros del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, de la presidenta Dilma Roussef.
“Me acaban de confirmar que sí, son ellos y tienen una empresa pequeña, que está trabajando con mi comando de campaña”, admitió Humala, quien rechazó una intromisión foránea.
La vinculación con los asesores brasileños aparece luego de que en los últimos días sus detractores recordaran las antiguas simpatías de Humala con el presidente venezolano, Hugo Chávez, y que fueron un factor de su derrota en las presidenciales de 2006.
Por otro lado, Fujimori (derecha) afrontó ayer el recuerdo del autogolpe de su padre, el expresidente Alberto Fujimori el 5 de abril de 1992, mediante el cual cerró el Congreso y destituyó a los magistrados del Poder Judicial.
Los medios televisivos y escritos rememoraron la fecha y señalaron que fue el inicio de una etapa de oscurantismo en Perú. Fujimori gobernó entre 1990 y 2000. Organismos de derechos humanos realizaron un acto para repudiar el autogolpe y denunciar los crímenes de lesa humanidad del exmandatario.
“Keiko ha sido bien clara en señalar que no se va a repetir un 5 de abril porque el fujimorismo ha transitado y ha dado muestras de estar encauzado en la democracia”, manifestó Alejandro Aguinaga, dirigente del fujimorismo.
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