Por Eduardo Cruz.- Desde que ascendió nuevamente al poder, en enero del 2007, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ha venido ganando espacios en los medios de comunicación mediante una agresiva estrategia que ahora le permite controlar una buena cantidad de canales de televisión, radioemisoras y publicaciones en internet. Lo único que le hace falta es un periódico.
La periodista Patricia Orozco recuerda que en el año 2005 el Canal 4, único medio televisivo con que contaba el Frente en ese momento, no pasaba de tener dos vehículos para trasladar a sus equipos periodísticos. Ese canal ahora tiene varias camionetas del año que copan la acera de sus instalaciones. También cuenta con un moderno estudio y hasta unidades móviles muy costosas, con las cuales transmiten en vivo los eventos del presidente Daniel Ortega cuando este sale de Managua.
En su afán de uniformar la voz de los medios de comunicación solo con las informaciones progobierno, el Frente Sandinista no solo ha mejorado las instalaciones de sus medios de comunicación y los salarios de sus periodistas, sino que también ha adquirido otros, a la vez que ha conseguido amedrentar a otros para que no critiquen los desmanes del Gobierno de Ortega.
El caso más emblemático ocurrió en enero del 2010, cuando el partido gobernante adquirió por 10 millones de dólares el Canal 8 con fondos provenientes de la ayuda venezolana.
En los últimos días, a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones (Telcor) el FSLN ha logrado obtener la frecuencia del Canal 47 en UHF. Sandra Roberta Guevara Álvarez, la abogada a quien Telcor le adjudicó la frecuencia, labora en la Secretaría del FSLN.
Además de contar con diversas radioemisoras como La Nueva Radio Ya, la Sandino, Viva FM, La Tuani, así como con los medios electrónicos El 19 Digital, el Pueblo Presidente, existen otros medios que se alinean con el discurso oficialista, como La Primerísima, la 580, el Canal 10, entre otros.
Desde que en enero de 1998 quebró el diario Barricada, órgano oficial del FSLN, el partido no ha tenido otro diario impreso. En el 2007 los sandinistas imprimieron varias ediciones de El 19, el cual circuló gratis, pero no pudieron mantenerlo y lo convirtieron en edición electrónica.
Por eso, cuando esta semana estalló públicamente la crisis financiera de El Nuevo Diario (END), inmediatamente también se supo que la esposa del presidente Ortega, Rosario Murillo, ya estaba negociando para comprarlo, algo que al final no sucedió porque fue comprado por el Grupo Pellas.
La frustrada compra de END se iba a realizar con la misma fuente de recursos con que el FSLN compró el Canal 8: los fondos de la cooperación venezolana y según las negociaciones abortadas iba a controlar la línea editorial del periódico, lo que causó el rechazo de los periodistas que laboran en el medio y de distintos sectores de la sociedad civil.
¿A qué se debe que ocurrió tanto rechazo a la venta de El Nuevo Diario al Frente Sandinista? ¿Qué habría significado para el país? ¿Cómo ejecuta el FSLN su estrategia de medios de comunicación? ¿Qué hay detrás de su intento por centralizar los medios de comunicación? Cuatro periodistas nos brindan sus puntos de vista, entre ellos uno que es activista del FSLN.
“Una elección es una guerra cuyo campo de batalla son los medios de comunicación”, dice el estratega político Joseph Napolitan. El FSLN comprende bien esta máxima y se ha preparado bien en el campo de los medios de comunicación para las elecciones presidenciales de este año 2011.
“Es inadmisible que vuelva la ultraderecha a Nicaragua. Eso no va a ocurrir, ni lo vamos a permitir”, dijo en Venezuela el fundador del FSLN, Tomás Borge. El Frente ha procurado hacerse de la mayor cantidad de medios para lograr el objetivo de mantenerse en el poder.
Si el PLC de Arnoldo Alemán esperaba mantenerse en el poder por 50 años, el FSLN de Ortega y Murillo va por los 100 años, consideró el director de la revista Medios y Mensajes y catedrático de periodismo, Guillermo Cortés.
Los medios juegan un papel fundamental en la sociedad y son vitales para la democracia, por lo que no es sano que estén concentrados en manos de unas pocas personas o instituciones, o peor aún de una sola.
Un medio de comunicación no es igual a otras empresas porque son bastiones de la libertad de expresión y es por ello que la Constitución Política les otorga ciertos beneficios para garantizar su correcto funcionamiento.
“La democracia está ligada a los medios de comunicación”, afirma Patricia Orozco. La periodista recuerda que hace ocho o 10 años en Nicaragua no existía el problema de la concentración de los medios en pocas manos, algo que sí era generalizado en Centroamérica. Pero en la actualidad el panorama ha cambiado.
El mexicano Ángel González es dueño del Canal 10 y de al menos seis radioemisoras. Además es socio de los Ortega Murillo en el Canal 4.
Los dueños de Canal 2 y de Canal 12 también han construido emporios de medios de comunicación, ya que ambos grupos poseen también una cadena grande de radioemisoras, señala Roberto Larios, afín al Frente Sandinista y presidente de la Unión de Periodistas de Nicaragua (UPN).
“Aquí no solo es el Gobierno, aquí hay un fenómeno de concentración de los medios de comunicación”, expresó Larios, citando los casos del Canal 12, Canal 2 y del mexicano Ángel González.
“La salud que exista en los medios de comunicación te dice cómo anda una sociedad”, sostiene Guillermo Rothschuh, analista de medios y exdecano de la Facultad de Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA).
El analista recuerda que al inicio de su gobierno, Ortega expresó que mantendría la información oficial libre de la contaminación de los medios opositores, lo cual se ha traducido en que solo habla a la ciudadanía a través de los medios oficialistas.
El Canal 4 dice ser el canal de la dignidad sandinista. Ese es un medio televisivo cuyo contenido informativo está destinado al público que es miembro del partido Frente Sandinista (FSLN).
El Gobierno de Ortega se vio en la necesidad de articular una propuesta informativa que llegara a una audiencia más amplia, especialmente a la no sandinista y que no fuera una réplica del Canal 4, y es por eso que el FSLN compra el Canal 8, explica Rothschuh.
En el 98 por ciento de los hogares de Managua existe un televisor. Tal vez por eso el Frente Sandinista trata de eliminar los programas de opinión en los canales que no reproducen el discurso oficialista.
En abril del año 2008, el conductor de El 10 en la Nación , Jaime Arellano, anunció que su programa televisivo ya no sería transmitido en el Canal 10 debido a discrepancias con la Dirección de ese canal, las que fueron ocasionadas por presiones de la Presidencia de la República para que Arellano “bajara el tono” a sus comentarios políticos e inclusive que abordara otros temas de interés.
Arellano se trasladó con su programa al Canal 2, de donde también salió por presiones del Gobierno de Ortega, en agosto de ese mismo año. En enero del 2009 se le vencía la licencia de operar al Canal 2.
No fue necesario que echaran del Canal 8 a Carlos Fernando Chamorro con sus programas Esta Noche y Esta Semana , porque él solo salió cuando ya era un hecho que el matrimonio Ortega Murillo había comprado el canal televisivo.
Poco a poco el Frente Sandinista comenzó a cercenar ciertos espacios en los medios que criticaban los abusos del sandinismo en su segunda etapa en el poder.
Una manera que Ortega ha utilizado para acallar a ciertos medios independientes es a través de sus discursos incendiarios, en los que llama instrumentos del imperio norteamericano a todos los medios y periodistas que le critican sus abusos, como el pasar encima de la Constitución para buscar la reelección presidencial.
“No es cualquiera el que habla, es el presidente de la República”, señala Guillermo Cortés.
Cortés recuerda a un buen analista en William Grigsby, quien desde su programa Sin Frontera en radio La Primerísima fue un fuerte crítico de diversos sectores, incluido el Frente Sandinista, del cual nuevamente es miembro después de estar alejado por varios años. “Ese analista ya no existe”, dice Cortés, quien señala que esa es otra estrategia del FSLN, la de reclutar a periodistas para que no realicen una labor crítica. Cortés hizo un “mea culpa” porque él fue periodista sandinista en los años ochenta y reconoce que en la línea oficialista el periodista no ve las contradicciones del Gobierno.
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