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La presencia de Dominique Strauss-Kahn fue rechazada por los vecinos del lujoso Bristol Plaza, de Manhattan. LA PRENSA/ AFP / EMMANUEL DUNAND

Nadie quiere de vecino a Strauss-Kahn

El exdirector del FMI, Dominique Strauss-Kahn, inculpado de crímenes sexuales, salió ayer de la prisión de Rikers Island para quedar bajo arresto domiciliario en un apartamento en Manhattan, luego de que un juez ordenase su liberación bajo fianza.

NUEVA YORK/AGENCIAS

El exdirector del FMI, Dominique Strauss-Kahn, inculpado de crímenes sexuales, salió ayer de la prisión de Rikers Island para quedar bajo arresto domiciliario en un apartamento en Manhattan, luego de que un juez ordenase su liberación bajo fianza.

Strauss-Kahn “ha dejado nuestra custodia y Rikers Island, y se encuentra en manos de la compañía de seguridad” encargada de controlar su arresto domiciliario, afirmó por la tarde a la AFP Stephen Morello, un responsable de la cárcel neoyorquina.

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  • Mientras la prensa de Nueva York teje una novela alrededor del caso de Dominique Strauss-Kahn, el FMI busca llenar la vacante dejada por este en el cargo de director gerente, un puesto que despierta interés en el mundo y por el que los países emergentes están dispuestos a dar batalla.
La Unión Europea, decidida a tratar de mantener a un europeo al frente del FMI, baraja una candidatura de la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, aunque la lista de potenciales aspirantes es larga.

Europa es el principal contribuyente del FMI y la tradición ha hecho que el cargo de director general estuviera siempre reservado a europeos desde su creación en 1944, mientras que Estados Unidos conserva el liderazgo del Banco Mundial, pero algunos países como China, Brasil y México advirtieron esta semana que las reglas del juego deben cambiar.

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Inculpado por intento de violación y otros delitos contra una limpiadora de un hotel de Nueva York, Strauss-Kahn, que se vio obligado a renunciar a su cargo, “va a vivir en forma temporaria en el sur de Manhattan cerca de la Ground Zero”, el barrio donde se encontraba el World Trade Center, indicó el juez Michael Obus.

Poco antes de ordenar su libertad, Obus aceptó la fianza de un millón de dólares y una garantía por otros cinco millones, aportada por la defensa, dos de las estrictas condiciones impuestas el jueves al socialista francés, de 62 años, para permitirle salir de prisión mientras es juzgado.

Strauss-Kahn se comprometió además portar una tobillera electrónica con GPS para controlar todos sus movimientos las 24 horas y entregar todos sus documentos de viaje para descartar cualquier intento de fuga, luego de haber sido detenido el sábado pasado a bordo de un avión que se aprestaba a volar a Francia, país que extradita a sus ciudadanos.

VECINO INDESEABLE

Según el tabloide New York Post, la esposa de Strauss-Kahn, Anne Sinclair, había alquilado un lujoso apartamento en el edificio Bristol Plaza 200 de Manhattan, pero la dirección del prestigioso inmueble anuló la reserva cuando supo quien iba a ocupar la vivienda.

El Bristol Plaza 200 está ubicado en el exclusivo barrio del Upper East de Manhattan y la familia Strauss-Kahn estaba dispuesta a pagar 14,000 dólares mensuales, pero fueron rechazados por los vecinos.

Sin embargo, según el abogado defensor William Taylor, “la razón por la cual los planes cambiaron es que la prensa había invadido” el sitio.

Según la prensa neoyorquina, el acusado ocupa otro céntrico apartamento propiedad de Stroz Friedberg, la empresa de seguridad que lo custodia las 24 horas y lo mantiene incluso bajo vigilancia por vídeo interior y exterior.

El juez determinó que él mismo tiene que correr con todos los gastos de su vigilancia, que incluye la presencia como mínimo de un guardia de seguridad armado que lo custodie. El coste de todas esas medidas de seguridad, desplegadas por Stroz Friedberg, según los documentos del juzgado, podrían ascender a unos 200,000 dólares mensuales, según estimaron expertos.

Según el acta de la acusación, Strauss-Kahn únicamente “podrá salir para sus comparecencias en Corte, citas médicas o actos religiosos semanales”, pero esas salidas le están prohibidas entre las diez de la noche y las seis de la mañana, y tendrán que ser advertidas con antelación a las autoridades.

Strauss-Kahn comparecerá de nuevo ante la justicia el 6 de junio para una nueva audiencia.

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